Redacción Internacional.- Alargar o acortar el confinamiento para combatir al coronavirus sigue siendo una cuestión fundamental en América, continente con al menos 1.864.643 casos y 111.942 muertos y donde las tensiones políticas que se viven por culpa de la enfermedad dejaron este viernes el segundo cambio de ministro de Salud en Brasil en plena crisis sanitaria.
Una muestra de la difícil búsqueda de un equilibrio entre proteger la vida y cuidar la economía y las libertades individuales se vivió en Nueva York, que con más de 27.600 fallecidos y 345.000 contagiados es el epicentro de la pandemia a nivel continental y mundial.
Por un lado, las autoridades estatales prorrogaron al 28 de mayo las restricciones para frenar el coronavirus en varias zonas, incluida la Gran Manzana y sus alrededores, hasta cumplir condiciones como bajar durante al menos 14 días las hospitalizaciones y muertes y que los hospitales tengan al menos un 30 % de capacidad libre.
Por contra, cinco regiones, la mayoría zonas rurales con signos de un menor impacto de la enfermedad, comenzaron la “fase 1” de una progresiva reactivación de actividades, que incluye a negocios de construcción, manufactura y algunos minoristas, pero con limitaciones, a lo que se sumó el anuncio de la reapertura de las playas de Nueva York el próximo viernes.
CHILE, URGENTE CAMBIO DE RUMBO
Pero si algún país puede dar fe de lo complejo que es encontrar un punto medio es Chile. Tras dos meses con “cuarentenas específicas y dinámicas”, con restricciones que se imponen y se levantan en cada comuna (barrio) o ciudad en función de los nuevos contagios, al final de esta noche comenzará un confimamiento total en Santiago de Chile que afectará a unos 8 millones de personas.
La cuarentena, que también se aplicará a 6 comunas aledañas a Santiago además y a las ciudades de Iquique y Alto Hospicio (norte) , se ordenó luego de que los nuevos casos diarios aumentaron un 60 % a mitad de esta semana alcanzando la cifra récord de 2.660 nuevos infectados, la mayoría de ellos en la capital.
“La batalla por Santiago es la batalla crucial en esta guerra contra el coronavirus”, afirmó el miércoles Jaime Mañalich, ministro de Salud de Chile, donde en las últimas 24 horas se registró por segunda día consecutivo un nuevo récord de fallecimientos por el coronavirus, con 26, para llegar a un total de 394 muertos y cerca de 40.000 casos.
Un vaivén de medidas que también se ve en el resto de Latinoamérica, con República Dominicana aprobando la extensión del estado de emergencia por 15 días más, a partir del próximo lunes, y Panamá ampliando un mes más, hasta el 23 de junio, la suspensión de todos los vuelos internacionales.
Mientras, México matizó el acuerdo oficial del jueves que regula la reapertura de las industrias minera, constructora y automotriz, que si bien serán consideradas esenciales a partir del próximo lunes no podrán operar hasta el 1 de junio, y en Ecuador, tres cantones más pasaron a la condición de “amarillo” en el semáforo epidemiológico, lo que les permitirá reducir el toque de queda en cuatro horas y reabrir algunas actividades comerciales.
BRASIL, SEGUNDO CAMBIO DE MINISTRO DE SALUD
Las tensiones creadas por la forma de enfrentar a la pandemia desataron una tormenta política en Brasil, el país latinoamericano más afectado por la enfermedad (más de 200.000 contagios y casi 14.000 decesos), donde el ministro de Salud, Nelson Teich, renunció ante la insistencia del presidente Jair Bolsonaro en tratar a los pacientes de COVID-19 con cloroquina, un fármaco del que no existe certeza científica sobre su eficacia.
El hecho de que Teich renunciara en pleno ascenso de la curva pandemia en el país y que no alcanzara a cumplir un mes en un cargo al que llegó tras la destitución de Luiz Henrique Mandetta, un firme promotor de las cuarentenas, cauto con la cloroquina y crítico de las políticas sanitarias de Bolsonaro, provocaron estupor.
“Presidente Bolsonaro (…) Pare con agresiones, con los conflictos, de poner el país en un calderón interminable de intrigas y fricciones”, declaró Joao Doria, gobernador de Sao Paulo, la región más afectada en el país, mientras que su par de Maranhao, Flavio Dino, aseguró que “las instituciones” deberían “juzgar cuanto antes la producción de tantos desastres, como la salida de dos ministros de Salud en medio de una gigantesca crisis sanitaria”.
AUMENTA PREOCUPACIÓN POR NICARAGUA
“El caso de Nicaragua es especialmente preocupante porque no proporciona datos y eso agrava su debilidad institucional y desconfianza hacia el Gobierno”, dijo a Efe Auska Ovando, coordinadora de un estudio de la organización chilena Ciudadanía Inteligente revelado hoy según el cual Colombia, México, Chile y Perú son los países más transparentes con la información del coronavirus, al contrario de El Salvador, Uruguay, Bolivia y Nicaragua.
Justamente hoy, el Parlamento nicaragüense rechazó la propuesta del Congreso de Costa Rica ante la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para realizar una evaluación externa sobre el estado real de la pandemia en Nicaragua.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha sido criticado por no contar con una estrategia frente al COVID-19 y resistirse a establecer medidas de prevención, además de solo reconocer 25 casos, incluyendo 8 muertos, aunque datos del independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 indican que hay por lo menos 1.003 casos y 188 muertes.
EN CONTRA Y A FAVOR DE VENEZUELA Y CUBA
Coincidiendo con la publicación de este estudio, una veintena de exgobernantes reunidos en la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) pidieron a organizaciones y Estados de la región adoptar “medidas de emergencia” ante “la ausencia de información transparente que afecta de modo particular a las poblaciones de Cuba, Nicaragua y Venezuela, lo que incrementa aceleradamente el riesgo de pérdida de vidas”.
El grupo, que incluye a exmandatarios como Álvaro Uribe (Colombia), Vicente Fox (México), Mauricio Macri (Argentina) y José María Aznar (España), dijo temer por “las condiciones deplorables en las que se encuentran los establecimientos sanitarios en dichos países”.
Visión que choca con la del expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, que pidió un “paréntesis humanitario” para los bloqueos económicos impuestos por EE.UU. a Venezuela y Cuba y que así esos dos países puedan enfrentar con más recursos la pandemia del coronavirus. EFE