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En 2024, el gasto de la cámara alta en la República Dominicana ha superado los RD$2,6 mil millones, una cifra que ha generado preocupación por el uso de los fondos públicos.

De este monto, más del 70% se destina a remuneraciones, dietas, sobresueldos, y el cuestionado fondo de asistencia social, conocido como el “Barrilito”. Estos gastos siguen siendo un tema de debate público, especialmente en un contexto de creciente exigencia por una mayor eficiencia y transparencia en el uso de los recursos del Estado.

En los once meses de 2024, el Senado ha gastado un total de RD$2,608,982,494 en diferentes partidas relacionadas con los legisladores, según el reporte semanal de ejecución presupuestaria de la Dirección General de Presupuesto (Digepres).

Aunque en ocasiones el “Barrilito” acapara la atención mediática, hay otros gastos en los que el Congreso invierte grandes cantidades de dinero, tales como dietas, gastos de representación y sobresueldos.

La controversia del “Barrilito”

Uno de los temas más polémicos es el llamado “Barrilito”, el fondo de asistencia social que los senadores reciben anualmente. Aunque muchos lo consideran una herramienta para el desarrollo de sus provincias, otras voces lo critican por su uso discrecional y la falta de transparencia en su asignación.

El “Barrilito” fue creado en 2006 por Reinaldo Pared Pérez, ex presidente del Senado, con el objetivo de sustituir las subvenciones a organizaciones no gubernamentales (ONG) que los senadores destinaban.

Este fondo ha sido defendido por algunos legisladores como una manera de cubrir las necesidades de sus comunidades, pero ha sido cuestionado por sectores que lo ven como una práctica clientelista.

Los intentos de eliminar el “Barrilito”

A lo largo de los años, ha habido varias propuestas para eliminar el “Barrilito”, pero hasta ahora ninguna ha prosperado. En 2014, el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, prometió eliminar este fondo y destinar los recursos a los hospitales del país.

Sin embargo, a pesar de las promesas, el fondo sigue vigente, y muchos senadores continúan defendiendo su utilidad para mejorar las condiciones de vida en las provincias.

Por otro lado, algunos senadores, como Faride Raful, Antonio Taveras y Eduardo Estrella, han renunciaron en la legislacion 2020-2024 al “Barrilito” alegando que no es una función propia de los legisladores, lo que ha generado más debates sobre su continuidad.

En total, el gasto hasta noviembre del Congreso Nacional en 2024 asciende a RD$7,619,765,783.33, una cifra que casi supera el presupuesto originalmente asignado de RD$7,714,072,665.

Esto pone de manifiesto la creciente carga financiera que representa el Congreso para el erario público y la necesidad de revisar su estructura de gastos.

¿Es hora de reformar el Congreso?

En medio de la creciente presión por una mayor austeridad, varios legisladores han solicitado la eliminación del “Barrilito”. La diputada Soraya Suárez, por ejemplo, ha afirmado que con los recursos disponibles para los senadores, es posible eliminar estos privilegios.

También se han propuesto medidas para reducir los beneficios, como las exoneraciones de vehículos, y establecer un control más riguroso sobre el uso de los fondos públicos.

José Alberto Jiménez, diputado del partido Fuerza del Pueblo, ha adelantado que pronto presentará un proyecto de ley para eliminar el “Barrilito” en el Senado, asegurando que la Cámara Baja ya ha iniciado un proceso de austeridad y que es necesario que el Senado haga lo mismo.

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