BENI, Congo— Presuntos rebeldes mataron a siete civiles durante un ataque nocturno en el noreste del Congo, dijo un funcionario local el sábado, destacando la amenaza a los esfuerzos por contener un brote de ébola en la zona vecina.
El director general de la Organización Mundial de la Salud se encuentra en la región para ver la respuesta al ébola. Las vacunaciones comenzaron el miércoles para los trabajadores de la salud y los que han estado en contacto con enfermos de ébola, y hay alrededor de 1.000 personas bajo vigilancia.
Las autoridades dicen que se ha incrementado la presencia de efectivos militares y policiales, y que la fuerza de paz de la ONU brinda apoyo.
Los grupos de la sociedad civil temen sobre todo la amenaza de las FDA, que han matado a unas 1.500 personas en los alrededores de Beni en menos de dos años. El martes aparecieron los cadáveres de 14 civiles que habían sido secuestrados aparentemente por los rebeldes.
El ministerio de salud del Congo dice que se han denunciado 48 casos de fiebre hemorrágica, 21 de los cuales son de ébola. Se realizan controles en la frontera densamente transitada, pero las autoridades han dicho que no es necesario restringir los viajes.