Cada año CLARO reconoce el trabajo de alguna mujer. Este año lo hizo con mi madre Mary P. Marranzini. He querido copiar su participación como una forma de agradecer a las miles de mujeres que han incidido en el trabajo de devolver seres útiles a la sociedad.
Al gran amigo Oscar Peña, mil gracias por este reconocimiento tan emotivo que agradecemos a nombre de mi madre, mi familia y de todos en la Asociación Dominicana de Rehabilitación.
Lo hago también para generar en el Gobierno y en el sector privado la necesidad de ir en auxilio de miles de dominicanos que necesitan de rehabilitación por haber sufrido una enfermedad limitante o un accidente de los miles que ocurren a diario y que sin recursos es imposible lograr estas metas.
Hay que vivir una incapacidad para tener conciencia de la importancia de ser rehabilitado.
Las palabras de Mary P. de Marranzini
“La mujer dominicana se ha empoderado y se ha dejado bordear por el entusiasmo de ser productiva, no sólo para beneficio de su familia, sino de toda la colectividad. Ha tenido que asumir la enorme responsabilidad de compartir las labores de madre, con el trabajo profesional, ya sea remunerado o de servicio. Desde hace más de 10 años visualizamos cómo las mujeres del Siglo XXI exigen el respeto a sus derechos humanos y luchan cada día para ser tratadas con justa igualdad.
Entre el 51 y 52% de la población dominicana pertenece al género femenino. Según reportan las estadísticas, el 62% de la matrícula universitaria y alrededor del 30% del sector productivo, está constituido por mujeres.
Permítannos citar algunas de las razones por las cuales se celebra este día:
- La violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos.
- La violencia contra la mujer es consecuencia de la discriminación que sufre, tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razones de género.
- La violencia contra la mujer afecta e impide el avance en muchas áreas, incluidas la erradicación de la pobreza, la lucha contra el VIH/Sida, la paz y la seguridad.
- La violencia contra las mujeres y las niñas se puede evitar. La prevención es posible y esencial.
- La violencia contra la mujer sigue siendo una pandemia global. Más de un 70% de las mujeres sufren o han sufrido algún tipo de violencia en su vida.
En la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) el 51% de la población asistida es de sexo femenino. El restante 49% pertenece al género masculino, significando esto unas proporciones casi igualitarias respecto al acceso a los servicios de medicina de rehabilitación en todo el país.
Sin embargo, cuando se realiza un análisis de género y discapacidad, se puede evidenciar la realidad de que existe una doble discriminación de la mujer con discapacidad.
Uno de los indicadores de mayor importancia lo constituye el acceso a la formación y al empleo. Se registra un 58% de participación educativa y laboral en usuarios de sexo masculino. Dejando esta cifra a las mujeres con un 42%. De ahí puede empezarse a observar la primera brecha de género, especialmente en las áreas que significarían mayores oportunidades para una integración económica y productiva.
Respecto del personal que labora en la Asociación Dominicana de Rehabilitación, de un total de 1,075 colaboradores el 74% es femenino. Esto refiere la vocación al servicio de las mujeres y su formación en áreas asociadas a la prestación de servicios, enseñanza y cuidado. Por igual, el nivel de preparación de quienes concluyen una capacitación más elevado en mujeres con discapacidad, ya que, del total de empleados con discapacidad, 22 de ellos son mujeres, lo cual representa el 50% del número de servidores con discapacidad que laboran en la Red (44 colaboradores/as) siendo mayoritario el número de mujeres con discapacidad que laboran en Centros del Interior del país, en relación a la incidencia en Santo Domingo.
Las féminas de esta generación son damas de luz. No se detienen ante las adversidades, todo lo contrario, siempre mantienen el optimismo, la dedicación y una fe incesante; que permanece firme en ellas, pese a los obstáculos que a diario deben salvar.
“Admiro a esa señora que diariamente despierta a la nación con el aroma a café fresco de la isla bella, de Quisqueya: Heroínas, guerreras del día a día”.
Son muchas las apreciaciones que se hacen, del término mujer: sexo débil, amas de casa, encargadas del trabajo reproductivo, representante de las imágenes de novia, prometida, casada y viuda. Sin embargo, su papel más importante es el de ser madre. Cuidadora del correcto desarrollo de cada hombre o mujer. Quien se hace responsable desde sus primeros pinitos de su guía por el recorrer de la vida.
Mujeres: Seres valientes que soportan el dolor creyendo en que el amor se viste de rosas. Un ser que pese a todo construye los puentes de la sabiduría y crea edificios de abundancias.
Esas que sacan un pedazo de pan exquisito para darlo al ser que ama, sin pedir permiso, sin sentir reproches. Usan tacones en los días grises, y cuando una lágrima quiere reinar en su rostro, se adornan con color rojo carmesí, en los labios.
Esas mujeres que atesoramos, hoy tienen más proyectos que recuerdos. No buscan retroceder, tienen la visión de seguir hacia delante. Y es justo, eso lo que le debemos a millones de mujeres que luchan por sus derechos en todo el mundo. Estamos ante un tejido de historias donde todos y todas, clamamos por la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas.
La violencia contra las mujeres no tiene límites ni conoce fronteras. Por esto, mujeres, hombres y jóvenes se han manifestado en distintas localidades del planeta tierra para vociferar al unísono el clamor de: ¡Ya basta!
Si nos ponemos de pie y actuamos con valor, determinación y gallardía, podremos transformar los paradigmas de la violencia contra las mujeres y convertirlos en situaciones aisladas; donde se consideren inaceptables y que ya no se toleren.
Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad y el deber de actuar, y de ejecutar políticas en beneficio de esas mujeres que tanto necesitan de nuestra mano amiga: esas que tienen limitaciones por su condición de discapacidad. Esas que son madres solteras y vulnerables. Es nuestro deber hacer todo lo que esté a nuestro alcance para llevar el mensaje de paz y esperanza que el mundo anhela escuchar y sentir.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer y todos los días del año, asumamos como compromiso individual y colectivo, el hacer todo lo posible para promover y proteger los derechos de las mujeres, procurando que cada niña pueda vivir libre de violencia y discriminación. Observemos la vida con valor, convicción y disciplina, enfocados hacia un futuro de equidad y de justicia para todos”.