Por años los ciudadanos del Gran Santo Domingo han estado en contra de los limpiavidrios que en muchas ocasiones han amenazado con agredir o romper los cristales de quienes no les favorecen con unas monedas en los semáforos, lo que en un determinado momento representó una acción repetitiva por dichos trabajadores informales.
Muchos de ellos son niños, adolescentes y jóvenes que se mantienen por muchas horas en lo que para ellos representa un sustento y la manera de ganarse la vida y llevar comida a sus casas.
Algunos organismos insisten en reducir el trabajo infantil y que se cumpla con el Código del Menor de la Ley 136-03 la cual establece que los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la protección contra la explotación.
Desde el 2017 la Alcaldía del Distrito Nacional anunció regular a estos trabajadores, ofertarles empleos en la Dirección de Aseo Urbano y enviar a rehabilitación los que tengan adicciones, pero esto ha quedado sólo en palabras aún cuando la regulación fue aprobada por la Sala Capitular.