Brasilia.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a criticar este sábado las medidas de distanciamiento social adoptadas por Gobiernos regionales para combatir el COVID-19, lo que provocó la renuncia de su segundo ministro de Salud en menos de un mes, mientras que la pandemia sigue avanzando a pasos largos en en el país.
El coronel de la reserva del Ejército mantiene un duro y tenso pulso con los gobernadores de la mayoría de los estados brasileños, que han impuestos medidas de distanciamiento social, como cuarentenas, cierre de escuelas y comercios y restricciones al transporte y la movilidad, para frenar la creciente expansión de la pandemia en el mayor país latinoamericano.
REAPERTURA DE MÁS SECTORES
Para Bolsonaro, más preocupado con la paralización del país, la ya prevista recesión histórica y los millones de empleos destruidos por la crisis sanitaria, el COVID-19 “va a contagiar al 70 % de la población tarde o temprano” y “va a matar mucha gente” sin importar las medidas de distanciamiento que se adopten.
Por eso el presidente no cesa en su empeño para que los gobiernos regionales levanten las restricciones y permitan la normalización de las actividades, hasta el punto que esta semana ordenó la apertura de gimnasios y salones de belleza por considerarlos esenciales.
Este fue uno de los motivos que llevaron al ministro de Salud, Nelson Teich, a renunciar el viernes al cargo que había asumido hacía sólo 28 días y en medio del agravamiento de la pandemia en Brasil, que, con 218.223 casos confirmados y 14.817 muertes, ya es el sexto país con más contagiados en el mundo.
El antecesor de Teich, Luiz Henrique Mandetta, un férreo defensor de las medidas de distanciamiento social, fue destituido el mes pasado igualmente por sus divergencias con Bolsonaro en cuanto a las medidas necesarias para frenar el avance del COVID-19.
El mandatario también reprodujo en las redes sociales este sábado un vídeo en que su ministro de Ciudadanía, Onyx Lrenzoni, asegura que Brasil “tiene que preocuparse con los efectos económicos” de la crisis ya que “desempleo, hambre y miseria matan históricamente más personas en América Latina que cualquier epidemia”.
LA CLOROQUINA
Un día después de la renuncia de Teich, el jefe de Estado también insistió en forzar el uso de una medicina sin efectos comprobados para tratar a todos los pacientes con COVID-19, que fue el detonante de la renuncia del ministro.
Tras la salida de Teich, el Ministerio de Salud confirmó que está finalizando nuevas orientaciones para el tratamiento a los pacientes con COVID-19, entre las cuales el uso de la cloroquina, y que las fijará en un protocolo que publicará en los próximos días.
El actual protocolo prevé el uso de cloroquina para tratar a los pacientes más graves y Bolsonaro quiere que este antipalúdico sea suministrado a todos los contagiados, incluso a los que comienzan a manifestar los primeros síntomas.
Teich se oponía a ello debido a que, pese a que la cloroquina viene siendo experimentada en pacientes con COVID-19 en varias países, hasta ahora no hay comprobación científica de su eficacia y algunos estudios consideran contraproducente el uso de esta medicina con graves efectos colaterales, como el riesgo de arritmia cardíaca.
“Ya hay un protocolo para suministrar (cloroquina) a pacientes en estado grave y está en análisis el uso en los primeros días de manifestación de los síntomas. Estamos esperando ese protocolo del Ministerio de Salud”, admitió el jefe de Gabinete de la Presidencia, el general Walter Braga Netto.
La edición del polémico protocolo será la primera misión del también general Eduardo Pazeuello, un militar sin experiencia en el área de Salud confirmado este sábado como ministro interino.
El general, que, así como Bolsonaro, se formó como oficial y paracaidista en la Academia Militar de Agujas Negras, ha ejercido varios cargos en el área de logística, según el currículo divulgado por el Ministerio en el mensaje en que lo confirmó como interino.
Con Pazuello, nombrado hace un mes viceministro de Salud como parte de la estrategia de Bolsonaro de darle cargos estratégicos en su Gobierno a oficiales de las Fuerzas Armadas, llega a 9 el número de titulares de entre los 22 ministerios en la administración del coronel de la reserva.
Y el interino asumió en medio del avance a pasos largos del COVID-19 en Brasil, que ya es el sexto país con más casos en el mundo.
El gigante sudamericano registró el viernes 15.305 nuevos casos de COVID-19 en un único día, una cifra récord que elevó el número de contagiados a 218.223, así como 824 nuevas muertes, con lo que el total de víctimas llegó a 14.817 en casi dos meses.
Las previsiones indican que contagios y muertes seguirán saltando de forma exponencial en este país de 210 millones de habitantes y que el pico sólo se producirá en las próximas semanas. EFE