Yo me había hecho el propósito de no responder a ningún cuestionamiento sobre el informe que dé la comisión designada por el presidente Danilo Medina, para investigar las bases y la licitación de la Central Punta Catalina.No he podido leer muchos de los comentarios, porque dos días antes de presentar el informe resbalé al subir a mi yipeta y me fracturé la rodilla y la tibia, y el lunes debo someterme aquí en New York a cirugía para corregir ambas fracturas y poder caminar.
Esta es una planta que, antes de empezar a ser construida y del escándalo de la empresa brasileña, se criticó por ser de carbón. Todo el mundo hablaba que debía ser de gas, pero nadie decía dónde estaba el gas. Nuestra administración se pasó tres años buscando gas y no fue posible.
El plan de desarrollo del sector eléctrico 2010-2030 contempla una matriz más equilibrada que dependa menos de fuel oil y diesel, y el carbón era parte de la generación a ser incluida.
Miles opinaban que había gas, incluso recuerdo una visita de Rubén Bichara a mis oficinas preguntándome por el gas. Mi respuesta fue que viajé el mundo entero, y el único gas que encontré fueron promesas y que no se desesperara que a él le pasaría lo mismo, porque también le dirían que había gas debajo de las piedras, pero nadie le diría debajo de cuál de las piedras estaba el gas.
Se licitó bajo un decreto de emergencia y propiedad del Estado la construcción de dos turbinas gemelas, lo cual no viola las leyes como bien contempla el informe.
La población quería que encontráramos lo que no apareció, se contrató una empresa de gran solvencia internacional que hizo sus observaciones, pero encontró que el precio estaba dentro del promedio de la tecnología empleada.
No pasaron diez minutos de haber leído el resumen ejecutivo y para mi sorpresa, ya dos dirigentes políticos de oposición, que admiro por su valor, capacidad e inteligencia, opinaban en cinco minutos de un trabajo que nos tomó 2,500 horas hombres. Inmediatamente se acusó a la comisión de haber recibido presiones, de mi parte confieso que nunca nadie me llamó para que opinara de una forma u otra y ninguno de los demás miembros se quejó de algo parecido. Más aún, todos son personas con luz propia, con criterios diferentes y algunos con profesiones diferentes, pero todos capaces.
Incluso, mucho antes de todo este mar revuelto, recuerdo haberle aclarado a una de estas amigas que mostraba como señal de exceso de gastos los ochenta millones de pesos o dólares, no recuerdo la moneda, de hielo, cuestionando que cuántos refrigerios darían, olvidando que el hielo se usa para el fraguado del concreto.
Pero lo que realmente me motiva escribir hoy, es el artículo del amigo José Báez Guerrero, un intelectual contra el que no tengo el talento para rebatirle, pero sí la experiencia de una vida privada intensa y una participación pública, de la cual me siento orgulloso.
Ambos grandes amigos, hemos tenido nuestras diferencias sobre el tema eléctrico, conceptual, nunca personal y siempre bromeo con él sobre un artículo en el desaparecido vespertino Ultima Hora, sería en el año 1998, donde a página completa me dedicó un artículo que tituló “Empresario, Presidente del Conep y Oráculo de la CDE”.
Entiende como imposible, que del escándalo Odebrecht, su ingeniería civil fuera la “única virgen” en un lupanar. Sin embargo, inmediatamente acepta el informe de FTI, de que está en un rango de plantas de tecnología similar en un 6%.
El análisis de FTI fue tanto para la ingeniería civil como para los equipos. Amigo José, no nos arrastres con tus diferencias que tienes con un programa de investigación, cuando todos los que participamos en la comisión lo hicimos como aporte desinteresado al país.
No pienso hacer una polémica sobre esto, es más, cuando leas este artículo estaré recién operado, bajo efecto de la anestesia y pidiendo a Dios por la recuperación de mi pierna.
Quiero aprovechar para agradecer a todos los que se han preocupado por mi salud, mis colegas, mis amigos, mis colaboradores y en especial al presidente Danilo Medina, quien de forma personal ha estado pendiente a mi evolución.