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Este martes 22 de octubre, el Canciller de la República Dominicana, Roberto Álvarez, asistirá a una importante reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York. Esta sesión se ha convocado con el propósito de analizar la creciente inseguridad que afecta a Haití, un tema que requiere atención internacional urgente.
Álvarez tiene la intención de destacar la postura del país sobre la crisis haitiana y su impacto en la región. La situación en Haití se ha deteriorado gravemente, lo que plantea serias amenazas tanto para la estabilidad del país como para los países vecinos.
El Canciller estará acompañado por el embajador José Blanco, representante permanente de la República Dominicana ante la ONU. Juntos, expondrán la urgencia de abordar la crisis, enmarcando su intervención dentro de la Resolución 2645 del Consejo de Seguridad, que estipula un debate trimestral sobre la situación en Haití o la convocatoria de reuniones especiales a solicitud de un miembro.
La situación en Haití: Un resumen
La crisis en Haití no es reciente. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, el país ha caído en un abismo de violencia y desorden. Este evento marcó el inicio de un período de anarquía, donde aproximadamente 300 bandas criminales han tomado el control de grandes áreas, principalmente en Puerto Príncipe.
La federación G9, encabezada por Jimmy Chérizier, conocido como “Barbacoa”, se ha consolidado como uno de los actores más temidos en este contexto. Esta banda, que opera con métodos de extorsión y secuestro, ha expandido su influencia, incluso controlando servicios básicos como el suministro de agua y electricidad.
La falta de un gobierno estable ha permitido que estos grupos criminales se fortalezcan, a la vez que la población sufre en condiciones inhumanas. La falta de elecciones y la ausencia de un liderazgo efectivo han creado un vacío de poder que agrava la situación.
Intervenciones de la ONU
En el 2023, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó una misión multinacional de seguridad para Haití, liderada por Kenia. Esta decisión busca enfrentar la violencia pandillera y proteger infraestructuras críticas. Sin embargo, la implementación de esta misión conlleva numerosos desafíos logísticos y políticos.
La violencia ha alcanzado niveles alarmantes, con informes de miles de muertes y un incremento en los desplazamientos forzados de la población. La comunidad internacional, incluyendo a la República Dominicana entiende que la inestabilidad de esta nación repercute directamente en la seguridad regional.