Así lo establece el Plan Estratégico 2030 diseñado por el CDES; hay que invertir 7 mil millones anuales, por 10 años
Al año 2030 la provincia Santiago acumula 50 proyectos estructurantes o sinérgicos que requieren de una inversión por alrededor de 72 mil millones de pesos a 10 años. Eso significa que para ir dando respuesta habría que invertir a razón de 7,000 millones anuales hasta completar.
Ese y muchos otros datos de relevancia están contenidos en el Plan Estratégico Santiago 2030, dado a conocer ayer en el Almuerzo Semanal de Multimedios del Caribe por directivos del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES), que es la entidad público-privada auspiciante de la Agenda Oficial de desarrollo del proyecto.
Se trata de una visión ampliada, acorde con las necesidades de una provincia que camina cada vez a un mayor desarrollo, definida con la participación conjunta de amplios segmentos de la sociedad, entre ellos cientos de ciudadanos que participaron en las secciones de votaciones barriales, asambleas ciudadanas, en oficinas públicas y privadas, medios de comunicación, centros culturales, escuelas públicas y colegios privados.
La realización del estudio no fue una tarea fácil, pero con esfuerzo se consiguió diseñar un modelo que puede servir de guía no solo para otras provincias o regiones de la República Dominicana, sino, incluso, para otras naciones. Se utilizó una metodología innovadora denominada “Sueños de Metrópolis”, en donde los participantes seleccionaban y escribían un verso-poema con las principales virtudes y fortalezas del Santiago que deseaban, observando también, los diversos desafíos que hay en el camino.
Con los resultados obtenidos de esos eventos ciudadanos, se escogieron las palabras, ideas y conceptos que eran más frecuentes dentro de los versos de los participantes, con un programa virtual denominado “World cloud”. Con los resultados se asistió a las asambleas ciudadanas masivas donde se votó por la visión 2030. Así lo explicaron Juan Carlos Ortiz, presidente del CDES y del Plan Estratégico; Reynaldo Peguero Gómez, director; Yennifer Cruz Domínguez, gerente de Información y Comunicación, y Julio César Corral, consultor sénior, en la conversación con este diario.
El plan contiene cuatro ejes estratégicos y sus diseñadores dan como un hecho que si se ejecuta (en el mejor escenario) con todos los proyectos concertados la ciudad protegería la montaña de la Cordillera Septentrional, evitando el crecimiento hacia la falla sísmica; el río Gurabo se recuperaría y las más de 10 mil familias que hoy residen en sus riberas tendrían soluciones habitacionales seguras. En adición, se plantea que se protegería el agua del río Yásica, se preservarían todas las zonas verdes que limitan a Santiago con Tamboril, Licey al Medio y Puñal y el Aeropuerto Internacional del Cibao se potenciaría elevando sus capacidades de carga y pasajeros.
“Las ocho subcuencas urbanas de Santiago se recuperarían con agua limpia y peces. El sistema verde de la ciudad se convertirá en mayor capacidad de oxigenación y reducción de gases efecto invernadero y Santiago tendría un 100% de tratamiento de su agua residual. La ciudad volvería a disfrutar el Yaque, curso hidrográfico que se llenaría de vida acuática y deportes del agua y las potencialidades turísticas del Pico Diego de Ocampo serían un modelo para toda Centroamérica y el Caribe, atrayendo decenas de miles de turistas y la ciudad vieja de Jacagua se llenaría de arte y cultura”, indica el amplio y detallado documento, que está muy bien acompañado de gráficos, fotografías, mapas y cuadros.
Según el plan, Santiago sería una ciudad de temperaturas agradables, fresca y de vientos saludables y la ciudad tendría un transporte colectivo de 380 buses de 60 a 80 pasajeros cada uno, que transitarían por corredores especiales. El estudio establece que todos los 120 mil motociclistas usarían cascos homologados, se crearía una red de ciclo vías y el transporte de carga tendría horarios regulares y privilegiaría el uso de las avenidas de circunvalación Norte y Sur y la mortalidad por accidentes se reduciría a valores de un dígito.
En caso de no ejecutarse el plan (que es el otro escenario planteado), entonces los resultados serían todo lo contrario, según expresó Reynaldo Peguero Gómez, respondiendo a una pregunta formulada por Héctor Linares sobre la cuestión.
“Lo que hemos tratado de hacer es una recopilación de los principales proyectos que la ciudad entiende (no el plan) que son los proyectos de desarrollo estructurantes para la ciudad de Santiago y su entorno”, dijo Juan Carlos Ortiz, el principal directivo del CDES. Rememoró que los otros planes (los anteriores al actual, del que hablaron ayer), solo se circunscribían a lo que era la ciudad de Santiago. “Ahora, en esta nueva agenda, hemos hecho una inclusión de todos los distritos y municipios que están al lado nuestro”, explicó.
Santiago -como municipio- tiene una población de 791,568 habitantes, que residen en un territorio extendido por 474.23 kilómetros cuadrados. El municipio se compone de la sumatoria de la ciudad de Santiago de los Caballeros, más los distritos municipales de San Francisco de Jacagua, Pedro García, Hato del Yaque, La Canela y Santiago Oeste.
Debajo de una mata
Cuando el director de elCaribe pregunta cómo surgió el plan, la respuesta que ofrece Reynaldo Peguero es que nació debajo de una mata. “Todos los sectores de la ciudad se pusieron de acuerdo, a raíz de la crisis urbana que se dispara en los años 90, en donde aumentó la cantidad de personas que llegaban, hubo un boom de zonas francas y una dinámica de vehículos que accedían a la ciudad y el tránsito se complicaba. Se convocó debajo de un samán a discutir eso y se pusieron de acuerdo en función de que Santiago tuviera una agenda oficial. Eso fue en 1993”, recordó, refiriéndose no necesariamente al Plan Estratégico 2030, sino a la época en que todo comenzó a planificarse, hasta conducir a lo actual.
“El proyecto de ahora no es un proyecto del empresariado, ni de la sociedad civil, ni de las iglesias, ni de las universidades. Es una agenda oficial y un proyecto de Santiago, votado por los 41 regidores de la ciudad”, explicó el director del CDES. “Hemos tenido importantes avances gracias a la planificación de la ciudad. En Santiago hoy se habla de cultura. Eso es una creación del Plan Estratégico, que ha sido bien visto por la actual alcaldía”, sostuvo de otro lado Juan Carlos Ortiz.
Dentro de lo novedoso del proyecto figura “Moda creativa caribeña”, iniciativa que asumirá como estrategia de desarrollo la vinculación de industrias locales y de zona franca dedicadas al vestido y su provisión, para aprovechar los espacios públicos de Santiago.
Articulado a los planes mundiales de desarrollo
Las organizaciones miembros del CDES son 72. De ellas el 36.1% (26 en total) son organizaciones no Gubernamentales (ONG) sin fines de lucro y federaciones de juntas de vecinos; el 19.4% (14 en total) son organizaciones empresariales, y 12 (el 16.7%) son órgano de Gobierno. Las universidades (4 en total) constituyen el 5.6%, las organizaciones legislativas el 11.1% (son 8) y los ciudadanos/munícipes independientes son el 11.1% (8 en total) de la membresía. “Ya nosotros no concebimos el Santiago tradicional, sino el Santiago articulado para los próximos diez años, y todo conforme a la Estrategia Nacional de Desarrollo y los planes mundiales de desarrollo”, planteó Juan Carlos Ortiz. En materia de agua potable, residual y pluvial, por ejemplo, se contempla que haya una gestión integral enfocada a impulsar una visión metropolitana de la integración y sinergia de las gestiones, que son competencias de la Coraasan, con los del agua pluvial y los residuos sólidos que son funciones del ayuntamiento.
Podrá ser conocida por agencias internacionales
La visión Santiago 2030 se dará a conocer a diversas instituciones y sectores, incluyendo oficinas públicas y privadas, así como a las agencias internacionales con presencia en el país.
Entre los cuatro ejes estratégicos que se derivan de la visión está el de la economía regional y el empleo (para creación de empleos y de riqueza); el eje de ordenamiento territorial metropolitano con metabolismo urbano; el eje de la gobernabilidad y un cuarto eje sobre inclusión social y la participación de la gente.
Las normativas de ordenamiento territorial se van a monitorear en cuatro puntos críticos, según establece el estudio. El primer punto crítico es el Norte-Este de Santiago y se ubica en el entorno de la avenida Luperón, paralelo al arroyo de Gurabo y alrededor de la avenida 27 de Febrero y su prolongación hacia Tamboril, conexo al arroyo Pontezuela. Este punto crítico, expresa los riesgos de la falla sísmica en la Cordillera Septentrional y diversos cursos hidrográficos. Involucra más de 150 mil habitantes, pertenecientes al gran barrio de Gurabo, Villa Progreso, Hoya del Caimito, Don Pedro, Monte Adentro y el municipio de Tamboril. El segundo punto crítico definido es el Sur-Este, el tercero es el Sur-Oeste y el cuarto es rumbo al Norte-Oeste. Tiene como eje principal o básico el nuevo Distrito Municipal Santiago Oeste y su centro urbano Cienfuegos, el Ensanche Libertad, el Ingenio Abajo y la Ciénega, según se explicó.