La visita a nuestro país del Secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, generó una gran expectativa y temores en muchos órdenes. El que un funcionario de esa categoría del gobierno republicano recién estrenado del presidente Donald Trump haya decidido visitarnos, parece un buen mensaje de respiro para el gobierno del presidente Abinader, que tradicionalmente ha estado muy vinculado a los demócratas.

Lo cierto es que esta primera gira de Marco Rubio por varios países latinoamericanos, incluida la República Dominicana, busca un objetivo mucho más trascendente para Estados Unidos que el simple hecho de conversar y dar ayuda a esas naciones de América Latina. Detrás de la visita del poderoso Secretario de Estado del imperio del norte está la profunda preocupación de frenar el avance de China en el continente.

En los actuales momentos la lucha comercial entre Estados Unidos y China está alcanzando niveles insospechables. Estados Unidos se está quedando atrás mientras China sigue dominando la producción comercial, la distribución y el crecimiento mundial, frente a unos Estados Unidos que ahora tratan de frenar ese avance de China con unos absurdos e insostenibles aranceles, que a final de cuentas se van a revertir contra la propia economía de Estados Unidos.

Uno de los principales objetivos de la visita de Marco Rubio fue garantizar que los importantes minerales de la llamada tierra que se dice tenemos los dominicanos en la zona sur del país, que hoy son fundamentales para el avance tecnológico, puedan caer en manos de los chinos, quienes en la actualidad son los líderes mundiales en la comercialización, compra y venta de tierra rara.

¿Qué son las tierras raras? Los tierras raras no son realmente tierra, sino un conjunto de 17 elementos químicos que tienen muchas propiedades esenciales y que hoy día se han convertido en el soporte principal del gran adelanto tecnológico que se ha alcanzado y todo el que se prevé puede lograrse. A decir de los especialistas en el área, las tierras raras son “el petróleo del siglo XXI”. En la actualidad están en las estructuras de los aviones, en las raquetas de tenis, en las bicicletas para hacerlas más duras, en las pantallas LCD de televisores y computadoras, en las bombillas de bajo consumo, en los imanes, los motores y los vehículos eléctricos, en la fabricación de todo tipo de drones, y en otra gran cantidad de productos.

Las tierras raras son ahora la gran discusión y el gran debate comercial. La guerra de Ucrania y Rusia tiene un trasfondo de la posesión de una gran cantidad que hay en Ucrania, que los Estados Unidos quieren apoderarse. Y esto es así, porque China es el gran coloso de todo lo que tiene que ver con tierra rara. El 80% de las importaciones que hace Estados Unidos y el 50% de la Unión Europea de elementos, llegan desde China.

Justamente por eso vino Marco Rubio a República Dominicana, tratando de evitar que la tierra rara que se estima existen en nuestra nación, vayan a ser comercializadas o tratadas con el gobierno chino. El presidente Abinader dijo que de acuerdo a estimaciones realizadas, podríamos tener más de 100 toneladas de tierra rara para ser explotadas y vendidas en un tiempo relativamente breve. Ya incluso se creó una entidad oficial que se encargará de gestionar la explotación y posterior comercialización de esos elementos que están en las tierras raras.

Rubio dijo en Costa Rica que una de sus prioridades “es asegurarme de que la política exterior de Estados Unidos es una en la cual es mejor ser amigo que enemigo, es mejor ser aliado que alguien que crea problemas”. Pero todos sabemos muy bien lo que eso significa, pues los Estados Unidos no tienen amigos, sino intereses. De lo que se trata es de seguir a ciegas y sin contradecir las políticas del imperio del norte, o de lo contrario los países son declarados “enemigos de la humanidad”, como innecesariamente llamó Rubio a Cuba, Venezuela y Nicaragua, tres países que, independientemente de las críticas que se les pueda hacer a sus sistemas políticos, con todo su derecho han tomado un camino diferente al que Estados Unidos les ha querido imponer.

La República Dominicana no debe crear conflictos con Estados Unidos por el tema de las tierras raras, pero tampoco puede dejarse imponer decisiones abusivas o lesivas al interés nacional en las negociaciones. Somos una nación independiente y soberana, y si Estados Unidos no nos trata bien el algo, tenemos todo el derecho de mirar y negociar hacia otro lado.

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