La visión política-electoral de muchas de las llamadas organizaciones emergentes se basa en una lógica que le confiere gran relevancia al ejercicio del poder como fin principal de tener aliados para una formación partidaria.

Y es aceptable desde su óptica, en el entendido de que un partido que no ejerza el Gobierno carecería de sentido, al estar impedido de poner en práctica los planes que concibe como útiles para servir a la sociedad desde las funciones públicas.

Es por ello que algunas de esas formaciones políticas generalmente orbitan alrededor de los grandes partidos, ya sea del que ostenta el poder político o de los que tienen vocación para hacerse con el Gobierno por vía de elecciones.

En los comicios de 2020, el Partido de la Liberación Dominicana fue respaldado por nueve organizaciones que le aportaron al candidato Gonzalo Castillo un 4.49% de la votación el cinco de julio de 2020, es decir, 37.46% del cómputo final.

Como cabeza de la alianza, el PLD registró una votación equivalente al 32.97 por ciento, la más baja en 20 años, tras aquella frustrada candidatura de Danilo Medina en el 2000.

Por su lado, el presidente Luis Abinader fue electo con el 52.52%, de cuyo porcentaje el Partido Revolucionario Moderno aportó el 48.7 y seis aliados (partidos Humanista, Revolucionario Social Demócrata, País Posible, Frente Amplio, Dominicanos Por el Cambio y Alianza Por la Democracia), le sumaron 3.82%.

El tema es que se da por descontado que al menos siete de los aliados del PLD en 2020 pactarían con el PRM para postular al presidente en 2024.

Estos serían los partidos Movimiento Democrático Alternativo (MODA), Cívico Renovador, Popular Cristiano, Acción Liberal, Demócrata Popular, Revolucionario Independiente y Unión Demócrata Cristiana.
Quedarían sueltos—de aquellos aliados morados de 2020—el Partido Revolucionario Dominicano, del que no se descarta una alianza con el PRM, y el Liberal Reformista, de Amable Aristy Castro.

Tampoco se descarta la posibilidad de que el Partido Reformista Social Cristiano se sume al carro de la reelección del jefe del Estado, lo que, en tal caso, no afectaría al PLD, sino al expresidente Leonel Fernández, cuya candidatura en 2020 sustentó el PRSC, si bien la votación mayor la aportó la recién formada Fuerza del Pueblo.

En tal sentido, hay que decir que de las tres candidaturas que ya se prefiguran (la peledeísta no tiene rostro hasta el 17 de octubre), la morada es única que aún no se le figuran aliados, si tomamos en cuenta que los de Luis le apoyarían de nuevo, con la excepción del disgustado Frente Amplio, lo mismo que a Leonel, sin el PRSC. Anoten la fecha, pues volveremos con el tema.

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