Es preocupante la forma en que personas sin conciencia social, sin valores morales, ni respeto al derecho de los demás ni a la nación marchan el buen nombre del país con acciones vandálicas que afectan a barrios, residenciales y patrimonios culturales.
Lo ocurrido el sábado 28 de octubre en curso no tiene perdón de Dios ni consideración de la Justicia y la autoridad responsable de proteger la seguridad del ciudadano, deben poner ahora el mayor empeño posible para establecer responsabilidades y procurar sanciones ejemplarizadoras.
El país tiene muchos problemas de gran envergadura que resolver, la campaña electoral carga el ambiente cada día, así como los efectos por carambola de los conflictos bélicos internacionales, para disponer de tiempo y recursos enfrentando los desmanes de jóvenes que viven en un limbo y dominados por los vicios.
Es muy cierto que el mundo ha girado rápidamente hacia niveles de degradación lamentables, que los valores morales y éticos cambian conforme a los tiempos y generaciones, pero lo que está ocurriendo es inconcebible y muy dañino para una sociedad como la nuestra.
La repetición de acciones vandálicas que tienen lugar en algunos barrios y en la calle 42 de Capotillo, en un escenario preservado para la cultura y los valores más elevados de la dominicanidad, como lo es la Zona Colonial (Patrimonio Cultural de la Humanidad), no debe volver a permitirse para bien del país y protección de la buena imagen de los dominicanos.
Es tiempo de que la academia, los organismos de defensa a los valores patrios y a la dominicanidad eleven la voz para reclamar con fortaleza el respeto a los monumentos culturales e históricos y que sean protegidos de acciones antisociales como la registrada en esta ocasión en una zona de referencia internacional.
La defensa del país, además del compromiso de las autoridades que gobiernan, ha de ser una obligación de todo ciudadano consciente, que le duela la patria y que piense el mejor legado para las generaciones futuras, porque unidos podemos salvar cualquier barrera. Hay que frenar estos intentos de vandalismo social.