En la medida en que toman carácter las investigaciones por presuntos hechos de corrupción que recaen sobre altas personalidades y funcionarios del pasado gobierno, se ha venido avivando en las redes de internet y en artículos y declaraciones, una campaña para producir tensiones y crispación social.
Se pretende responsabilizar al actual gobierno por un incremento de precios de algunos artículos de primera necesidad que vienen de debilidades estructurales de antaño, acentuadas por los déficits de producción y comercio que genera la pandemia, así como por nuestra dependencia de commodities cuyas alzas de precios importamos.
Nuestro país no ha escapado a gastos extraordinarios ocasionados por las urgencias provocadas por el coronavirus 2019. Aquí la ocasión ha sido triplemente costosa, porque la pandemia llegada en marzo de 2020 encontró al país con un sistema de salud desvencijado, sin instalaciones, equipos, materiales ni personal suficientes, incluso para responder a las necesidades ordinarias de la salud pública.
Porque entrada la pandemia en vísperas de elecciones, las autoridades pusieron más atención a sacarle provecho político que a adoptar oportunas medidas de emergencia, que permitieran establecer linderos preventivos ante un virus cuyos efectos eran ya conocidos en países que adoptaban medidas que podían servirnos de experiencia.
Y porque como se había advertido reiteradamente la administración del presidente Danilo Medina había colocado las finanzas públicas en una situación de tanta vulnerabilidad que cualquier contingencia, como esta del coronavirus, podía producir situaciones de desestabilidad y desequilibrios.
La generalidad de los gobiernos pasados nunca se ocupó de crear una estructura económica resiliente, ni un aparato productivo diversificado, ni desarrollar fuentes de energía no dependientes del petróleo que pudiéramos estar aprovechando, y ni siquiera auspiciar un sector industrial robusto.
Así como fallaron al creerse que podían engatusar al pueblo en las pasadas elecciones, cuando hoy con el rancho ardiendo dicen no ver razones para su bancarrota política, también fallarán cuando intentan responsabilizar al actual gobierno por alzas de precios que no han sido provocadas ahora.
Muy bien apreciado está el favor popular hacia el gobierno del presidente Luis Abinader, enfocado en superar el coronavirus, reactivar la economía, el turismo y los empleos, lo cual se está logrando más rápido de lo esperado.
Va peso a morisqueta que de nuevo les saldrá el tiro por la culata, a los que quieran pescar en mar revuelta…