De acuerdo a datos del observatorio de Seguridad Ciudadana del ministerio de Interior y Policía, y a datos del Observatorio Permanente de Seguridad Vial, durante el año 2017 en la República Dominicana murieron 2,804 personas en accidentes de tránsito, mientras que durante el pasado año 2018 murieron 1,418 personas en accidentes ocurridos en nuestras carreteras, y aunque esos datos indican que durante el pasado año 2018 esas muertes viales se redujeron a la mitad en comparación al año 2017, en realidad hemos llegado a ser el segundo país, a nivel mundial, con mayor tasa de muertes por accidentes viales, ya que en algunas ocasiones hemos alcanzado una tasa de hasta 42% de fallecimientos de los accidentados, lo que indica que de cada 100 personas accidentadas en carreteras, 42 fallecen, y esa cifra es espantosa porque nos habla de la terrible aparatosidad de los accidentes viales.
Y la razón fundamental de esa aparatosidad fatal radica en que cuando los accidentes de tránsito son frontales, las velocidades de los vehículos que colisionan deben ser sumadas, es decir, que si un vehículo transita a 80 kilómetros por hora, y choca frontalmente con otro vehículo que transita en sentido contrario a 120 kilómetros por hora, el resultado final del choque frontal es equivalente a un choque de uno de los autos que viajando a 200 kilómetros por hora se estrelle contra una pared, y ese impacto produce sobre los conductores y demás ocupantes de los vehículos una aceleración gravitacional, o fuerza g, tan alta que equivale a caerse desde el techo de un edificio de 160 metros de altura, o sea, esa aceleración g es similar a caerse desde el techo de una torre de unos 60 pisos, (altura de caída h = velocidad al cuadrado x 0.004), y por eso los choques frontales en nuestras obras viales son mortales.
De ahí que los frecuentes accidentes de tránsito ocurridos recientemente en la carretera Baní-Azua, en el tramo denominado El Número, y que ya han producido unas 10 muertes en menos de un mes, se deben fundamentalmente a impaciencias e imprudencias de algunos conductores que manejan a muy altas velocidades sin prever que la pronunciada pendiente vial obliga a los vehículos pesados a transitar lentamente, y dentro de su innecesaria impaciencia salen a rebasar cuando encuentran camiones que por su pesada carga viajan a baja velocidad, y en ese rebase cruzan la línea amarilla y toman el carril del sentido contrario, sin estimar la velocidad a la que vienen los vehículos que se desplazan en sentido contrario, y entonces sobreviene el choque frontal con resultado fatal.
Esos desafortunados accidentes han llamado a la atención de la prensa y de la población, y se ha comenzado a pedir públicamente una solución que garantice mayor seguridad vial en ese tramo, sugiriendo carriles adicionales, pero la solución al problema de los accidentes de tránsito en la carretera de El Número no se logra solamente construyendo carriles adicionales, porque muchos conductores siempre entienden que el conductor delantero viaja muy lentamente, sobre todo si es un pesado vehículo cargado, y por eso se apresuran a rebasar sin analizar las limitaciones de aceleración que impone la pendiente ascendente, y la velocidad a la que transita el vehículo que viene cuesta abajo, y es ahí donde está el peligro de la colisión frontal con resultado mortal.
La solución tampoco está en construir reductores de velocidad, como sugieren otras personas, porque eso aumentaría los accidentes, ya que los reductores de velocidad obligarían a los pesados vehículos cargados a viajar mucho más lentamente de lo que lo hacen actualmente, y eso generaría mayor cantidad de rebases temerarios.
La solución más rápida, de menor costo, y sobre todo, la más efectiva para salvar vidas, es la construcción de un muro New Jersey que sustituya la línea amarilla y divida los sentidos de dos carriles ascendentes y dos carriles descendentes, de forma tal que ningún conductor que viaje desde Santo Domingo hacia el sur tenga la posibilidad de colisionar de manera frontal con un conductor que viaje en sentido contrario desde el sur hacia Santo Domingo, indistintamente de que algún vehículo se salga de su carril por un rebase imprudente, o porque se le explote un neumático y el conductor pierda el control del vehículo, o porque el pavimento esté resbaladizo por lluvias y en la pendiente descendente el vehículo se deslice y se salga de su carril.
Los muros New Jersey han demostrado ser efectivos para disminuir al mínimo los accidentes frontales en las autopistas de Estados Unidos, en los elevados y túneles de Santo Domingo y de Boca Chica, en la autopista de Las Américas, en la autopista de Boca Chica a San Pedro, en la autopista Duarte en el tramo Santo Domingo a Pedro Brand, y en las avenidas de circunvalación de Santo Domingo, San Pedro de Macorís, La Romana y Santiago; debiendo todos estar conscientes de que mientras en la carretera de El Número no exista un muro New Jersey que actúe como divisor vial, los conductores estarán rebasando mal, y estarán ocupando el carril de sentido contrario y creando las condiciones para un choque frontal con resultado fatal.