El pueblo dominicano es un pueblo heroico, valiente y decidido a mantener su supervivencia como nación, a toda costa y a cualquier precio, aun sea con sacrificio y ofrenda de su vida. Los ejemplos del pasado de nuestra historia están ahí, hemos luchado contra el enemigo aun sin armas (recordar la batalla del 19 de marzo, en Azua, cuando con piedras y machetes sacamos a los invasores Haitianos de nuestro suelo, igual en Santiago, en la batalla del 30 de Marzo (1842 ambas) (la carga de los Macheteros).
Y más reciente la heroica lucha de la Revolución de abril (1965) cuya victoria total nos troncharon las fuerzas interventoras, pero que trazó un hito y levantó el patriotismo y orgullo dominicano.
Esta breve mención retroactiva, para comparar un poco nuestro pasado con el presente, ya la lucha no es con palos, piedras y machetes, ni contra invasores extranjeros, da pena y ocasiona dolor comprobar cómo ahora la lucha es entre nosotros mismos (Elecciones Municipales del reciente domingo 16 del mes en curso), es un duelo entre dominicanos, todo por el poder político, desbocado por la ambición desmedida que corrompe hoy día a gran parte de los políticos acercando a éste pueblo a un abismo peligroso de consecuencias impredecibles. Lamento escuchar mucha gente joven y de todas las edades, decir que éste pueblo no sirve, que hay que largarse de aquí, que aquí no hay respeto ni esperanza alguna , que nada funciona, que en R D. caben todas vagabunderías y violaciones a la ley y nada pasa, que no hay consecuencias punibles para los que ultrajan la ley; Y trato de comprender éstas expresiones porque en parte son el reflejo de lo que uno vive día a día en nuestro país; y ciertamente motivos para la desesperanza existen, pero no debemos desmayar ni dejarle nuestro suelo y riquezas a los corruptos, eso es lo que quisieran.
El momento ha llegado y la juventud dominicana ha despertado y se está levantando y protestando, todo en perfecto orden y civismo; es hora de luchar y no pedirle nada a la Patria, al contrario, ofrendarle nuestro amor y sacrificio como lo hicieron nuestros venerables Patriotas independentistas cuyo 176 aniversario celebramos orgullosos éste 27 de Febrero., no abandonarla ni emigrar a otros países donde sí seremos extranjeros siempre.
Es hora de aportar a la Patria. No de quitarle como han hecho hasta ahora tantos malos dominicanos que la han empobrecido, saqueado, vejado, donde los políticos en 2 o 3 años en posiciones públicas se han hecho multimillonarios. Seamos merecedores del legado de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Núñez de Cáceres, y más recientemente de las Hermanas Mirabal, Manolo Tavárez, Francis y Claudio Caamaño. Patria Dominicana hoy te yergues majestuosa ante tus hijos, gracias por ser nuestra madre y nuestra nación. Benita Seas.
¡Viva la República Dominicana!
¡La Patria es ara, no pedestal.