El origen de Ucrania, Rusia y Bielorrusia fue “Kievan Rus”, una comunidad de principados eslavos y de otros pueblos, que existió entre los siglos IX y XIII con su capital en Kiev.
Con el desplazamiento de la actividad política de estos principados a Moscú, Rusia se convirtió en imperio. Ucrania solo comienza a pensarse como nación en el siglo XIX y logra establecerse como país independiente apenas durante los años 1917-1920, aprovechando los conflictos generados por la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, fue incorporada a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) por los bolcheviques en 1922.
En los años 1930 la Republica Socialista Soviética de Ucrania sufre la perdida de millones de sus ciudadanos como consecuencia de la política de colectivización forzada de la agricultura y de requisición de granos aplicada por José Stalin. Esta política causó una hambruna colectiva en ese país -el “Holodomor”- que ha sido reconocida como un crimen contra la humanidad y/o genocidio por distintos países, parlamentos y congresos del mundo.
Una década después, Ucrania es ocupada por los Nazis y se convierte en uno de los principales campos de batalla de la segunda guerra mundial. Esta ocupación y posterior “liberación” por el Ejército Rojo resulta en la muerte de otros tantos millones de sus ciudadanos.
Al final de la guerra, Ucrania vuelve a ser parte de la URSS y finalmente logra declarar su independencia en agosto de 1991, en una acción que lleva al colapso definitivo de la desaparecida Unión Soviética.
En noviembre de 2013, su presidente prorruso -Viktor Yanukovich (2010-2014) es derrocado por protestas masivas de sus ciudadanos – el “Euromaidan”- las cuales fueron provocadas por su decisión suspender la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea.
En represalia, Ucrania es víctima de la aplicación de la “Doctrina Gerasimov” por parte de Rusia -creada por el General del ejército ruso Vladimir Gerasimov- que incluyó ocupación de parte de su territorio por parte de tropas rusas sin identificación (los llamados “hombrecitos verdes”) y de otros elementos de la llamada guerra “híbrida”. Esta etapa culmina con la anexión de Crimea a Rusia en el 2014, y la posterior invasión del país en febrero de 2022.
¡Que tragedia la de haber nacido junto y al lado de Rusia! nación a la cual George Kennan -autor de la política de “contención” y quien predijo la implosión del sistema soviético por su ineficiencia y sus contradicciones internas- calificó de “paranoica” y “neurótica” por su percepción de estar permanente amenazada por sus vecinos.
¡Que tragedia que el “Zar” Vladimir Putin cuestione la existencia de Ucrania como nación! lo cual hizo en su artículo “Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos” del 12 de julio de 2021, bajo el argumento de que Rusia y Ucrania son un solo pueblo.
La invasión a Ucrania le ha causado mas 500 mil bajas, daños enormes a su infraestructura y la ocupación de un 20% de su territorio.
Y peor aun, todo apunta a que la corriente de “aislacionismo” en política exterior que se expande por el mundo los podría llevar a un armisticio que les imponga la pérdida de un 20% de su territorio; o a doblegarse totalmente ante la agresión del invasor.
No obstante, estoy convencido de que el futuro le depara a Ucrania un mejor destino, ya que como decía el Dr. Martin Luther King: “El arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia”.