Los vientos del “Huracán Trump” comenzaron a sentirse desde que tocó la sirena que anunciaba el 2025. El cambio de ambiente no debe sorprender porque todo lo que está ocurriendo sigue el libreto que anunció el nuevo equipo que se estableció en la Casa Blanca, sede del trono de Donald Trump.
En Estados Unidos ya se reportan las primeras evidencias de la inflación y en Europa aumenta la tensión y las interrogantes por el curso que seguirá la confrontación de cada día, que tienden a distanciar a los gobiernos democráticos de Europa con los nuevos dirigentes de Washington, y alientan la agresiva dictadura rusa que lidera Putin, que muestra sentirse muy a gusto, con las diferencias que afloran cada día entre el nuevo gobierno estadounidense y los líderes de los países que forman la Comunidad Europea y participan de la Alianza del Atlántico Norte (OTAN), que lidera Estados Unidos.
Para República Dominicana es un asunto de gran importancia. La experiencia indica que los vientos de guerra, aunque no lleguen a los mares del Caribe, ralentizan la vida en América del Norte y Europa, que son dos mercados importantes de los tres que alimentan el turismo, el principal negocio de la economía local.
Las tensiones en el Oriente Medio que provocaron la intervención militar de Estados Unidos y sus aliados de Europa, echaron arena a los ejes del turismo en la primera década del presente siglo, y República Dominicana registró el primer descenso importante de sus flujos turísticos. Llama la atención esa experiencia y las interrogantes por la deriva que puedan tener los desacuerdos de Washington con sus aliados de Europa, por los cambios en la gestión de la guerra provocada por la invasión del ejército de Rusia a Ucrania.
Resulta alentador, y merece reconocimiento, que el Ministerio de Turismo, con su titular David Collado a la cabeza, hayan terminado el 2024 e iniciado el 2025 con el tren de la promoción internacional a toda marcha.
En América Latina con la presencia en Argentina, la semana pasada en la capital de Colombia en la feria ANATO, y en Europa, primero con el exitoso despliegue en FITUR (la feria de Madrid, que ahora es la más importante del Viejo Continente), y esta semana con una activa participación en ITB (la feria de Berlín), que terminó ayer. Los acontecimientos aconsejan mantener la velocidad en un intento de espantar el ambiente de tormenta que se siente en América del Norte y Europa.
Puede ser un aviso, el comportamiento de las llegadas internacionales en enero, en plena temporada alta para el turismo del hemisferio norte. En enero del año pasado recibimos 642,995 turistas internacionales, 366,161 de Norteamérica (principalmente de Estados Unidos y Canadá) y 115,318 de Europa. En enero de este año llegaron 650,875 turistas, de ellos 351,129 norteamericanos y 105,166 europeos.
El declive de Norteamérica y Europa es ligero y salvable, pero es un aviso, después de muchos meses de éxitos. Hace bien David Collado en acelerar el ritmo y llevar el mensaje de que aquí estamos lejos de los vientos huracanados, seguimos bailando merengue, y comiendo pescados y mariscos con cerveza y ron.