El fútbol, como los registros indican, encuentra sus orígenes en Inglaterra. Dicen algunos durante los tiempos de la fundación de la primera asociación del mundo, la “English Football Association“en 1863.
Otros creen que fue en tiempos aún más remotos, para la década de los años cuarenta del siglo XIX, cuando se redacta en colectivo el primer documento oficial explicativo del popular deporte.
Esta acta fue conocida como “las reglas de Cambridge“. Estas estipulaban como debía realizarse la actividad, en un código de juego que era el reflejo de la sociedad inglesa del momento, había nacido al estilo inglés.
Antes de que el fútbol, ya institucionalizado, migrase fuera de las islas inglesas y se asociara con factores culturales para así crear otras formas de juego, ya existía este estilo inglés, que podría decirse con total propiedad histórica, fue el primero, ya que los ingleses son los primeros en organizar el deporte.
Tácticas de juego aéreo o “balonazo”, extremos y laterales tan rápidos que crean desborde, delanteros “cazagoles” que coinciden con verticalidad y rapidez ofensiva a la par con férreas defensas en ocasiones de tres, ese es el juego inglés, riesgo, tosquedad pero elegancia.
Cuando dos clubes de esta liga chocan fuera de campeonatos locales, en este caso, en Champions League, siempre queda un sabor, cosa que pasa con otros, pero con los ingleses se siente diferente.
En una semana en la que el Ajax noqueó a la Juve, anteriormente habiendo eliminado al campeón defensor, el Madrid, resalta un triunfo modesto del dirigente italiano Mauricio Pochettino, del Tottenham, que eliminó en dos juegos a un Manchester City de Pep Guardiola que salió en ambas ocasiones como lo que es, uno de los mejores oncenos del mundo.
Pochettino nos regaló una joya táctica, donde brillaron nombres como el surcoreano Son, o el mediocampista Eriksen.
Estos jugadores mencionados encarnaron los rasgos del auténtico juego inglés en lo que fue un choque férreo contra otro gran exponente del mismo estilo.
Pero la brillantez táctica, el utilizar alineaciones no tradicionales y el siempre saber cómo responder ataques, lograron colar a las ‘espuelas’ a semifinales de Champions.