La semana pasada mencioné en esta columna como los partidos amistosos de pre-temporada suelen darle la patada inicial al mundo del fútbol para que este se reanime formalmente. Estos partidos sirven de fogueos y también sirven a los técnicos para probar nuevas alineaciones o para implementar cambios en las alineaciones ya existentes. Es un período de ensayo y error.
En este período se dan todo tipo de encuentros, no importan los equipos, ya sean grandes o pequeños. Estos partidos son muy atractivos en algunas ocasiones.
Una de estas competiciones amistosas es la International Champions Cup (ICC). Esta es una competición de partidos amistosos que se celebran en varios estadios de Estados Unidos y de Europa.
Los equipos que integran la competición son básicamente los mejores de las ligas internacionales. El torneo cuenta con participantes como el Real Madrid, A.C. Milán, A.S. Roma, Liverpool FC, Tottenham y el New York Red Bulls, entre otros.
También se ha hablado en esta columna del nuevo proyecto del Real Madrid con Florentino Pérez a la cabeza. Se ha hablado de tras la integración de caras nuevas y con la adquisición de nombres como Hazard y Jovic, el juego merengue volvería a ser letal, tan letal como en la era de Cristiano.
La semana pasada hubo un encuentro en específico durante el ICC que llamó la atención de muchos periodistas, un clásico madrileño fuera de Madrid, Atlético de Madrid versus Real Madrid.
El Madrid integraba a Hazard y a Jovic a la delantera junto a Vinícius, jugaba con el típico 4-3-3 y ponía en función tácticas y jugadores nuevos.
El Atleti en cambio, equipo que concretó la venta de Griezmann al Barcelona en días pasados, jugaba con un 4-4-2, un mediocampo sobrepoblado con 4 y un ataque letal de 2 con Costa y Morata.
El resultado fue una victoria con marcador de 7-3 a favor del Atlético de Madrid, con 4 goles de Costa, el primero de ellos en el minuto 1, para el minuto 45 el Atleti contaba 5 goles, ¿Es una advertencia tempranera del Atleti? ¿Le faltarán ajustes a las tácticas de Zidane? Sea lo qué sea, siete goles no es algo normal bajo ninguna circunstancia.