Hace unos cuantos días, Juventus de Turín anunció que prescindía de los servicios del conocido Massimiliano Allegri, quien era su director técnico.
La noticia ha tomado por sorpresa a la Serie A y a todo el mundo del fútbol ya que Allegri había hecho una temporada relativamente buena y no solamente esto, sino que Massimiliano fue de suma importancia en los logros recientes del club, habiendo colaborado con cuatro títulos a la racha histórica que mantiene el equipo de ocho seguidos, algo sensacional en los registros de la competición itálica sin contar los triunfos de copa y otras más que ganó como capataz.
Si analizamos la temporada 2019, el club resultó triunfante en liga. Logró acumular 90 puntos cuando el segundo lugar, en el circuito, solo alcanzó 79, comparado con la eliminación que sufrió la Juve en copa ante el Atalanta con un abultado marcador de 3-0. Este logro en la liga parece nivelar la balanza del desempeño del técnico toscano, hasta que se tome en consideración la Liga de Campeones, en la cual fue descalificado por el Ajax.
Fue con Allegri al mando que el equipo pudo lograr llegar a la final del máximo torneo de clubes de fútbol a nivel europeo, que también resulta ser el de mayor prestigio en el mundo y posiblemente de la historia por primera vez en 12 temporadas. Y llegó dos veces en los cuatro años que duró dirigiendo.
¿Les resulta poco? La verdad es que es una labor muy por encima del promedio para un técnico que antes de entrar a este club, donde se consagró como uno de los mejores del mundo, era considerado como un dirigente de mediano impacto a nivel europeo.
Pero otra cosa, también es verdad que se quedó corto para lo que se le impuso como técnico, al menos a largo plazo, ya que resulta obvia la condición de la adquisición del trofeo continental para su permanencia en el club.
A pesar de dar resultados, fue algo que influyó contundentemente, pero la gratitud y la confianza son atributos escasos en nuestros tiempos, tanto en las personas como en los grandes equipos legendarios.