Ya concluida la primera fase de los partidos de semifinales en la Liga de Campeones de la UEFA, comienza a olfatearse en el mundo del fútbol el aroma a final que esta vez tendrá como escenario a Madrid.
Los que aparentemente tienen el perfil de finalistas, a partir de los resultados obtenidos, son el Ajax de Ámsterdam y el Barcelona, siendo mucho más frecuente ver a este último en estas instancias ya que el Ajax a pesar de ser un equipo de trayectoria mítica, ha tenido muchos altibajos a través de la historia reciente del deporte.
Aún es muy temprano para nombrar a los finalistas de manera contundente, eso es una realidad. Es un hecho que en una competición como esta, y a estas alturas del torneo, puede pasar lo que sea, ya que el factor pasión puede mover montañas y si se tiene dudas de esto solo hay que consultar la historia.
Ni siquiera se debe ir muy lejos, si nos ubicamos en el año pasado podemos ver cómo la Roma le sacó un triunfo en dos partidos de cuartos de final al Barcelona y se hizo un milagro.
El Barcelona dejó ir una ventaja de 4-1, la Roma le asestó un 3-0 en la vuelta para así pasar a semifinales. Por algo le llaman a los encuentros de esta competición “las noches mágicas”.
El miércoles pasado, el Barcelona nos regaló otra cátedra del fútbol en la que Messi anotó su gol número 600 con el club. Esta vez la víctima fue el Liverpool, pero no cualquier Liverpool.
Este Liverpool es un equipo que no solo es legendario, sino que está renaciendo. A pesar de que nunca ha sido un equipo de malas cualidades, luego de la llegada del alemán Jurgen Klopp como técnico es innegable que ha habido un cambio para bien en el desempeño del conjunto. La escuadra, en sus últimos 10 encuentros solo ha perdido una vez y fue contra el Barça.
Como he dicho anteriormente, el año pasado el barcelonismo se confió y el resultado fue amargo, con Klopp hay que tener cuidado y Valverde debe estar claro de esto.