El economista, empresario, investigador, compilador-editor -de sobrados méritos-, periodista, ex-embajador, escritor y político -como acuñara el extinto periodista don Rafael Molina Morillo- “de la secreta”, Bernardo Vega acaba de publicar un artículo-sueños (“!Si tan solo hiciéramos como Perú y México!”, periódico Hoy, 26/12/18) que si no hubiese sido tan sesgado-parcializado y teledirigido hasta yo -que soy peledeísta (crítico-ecléctico), y no de la secreta- lo añoraría hecho realidad. Sin embargo, el sueño de Bernardo Vega, a pesar de anhelar la extrapolación de un ideal de justicia -una suerte-símil del recién-aprobado referéndum (de “escaso” debate y poca “información”-publicitación-ciudadana -raro, ¿no?-) peruano sobre sistema judicial, aspiraciones políticas (“legisladores”), financiamiento-publicidad de partidos, nuevo acuerdo-cooperación-Odebrecth y el sueño-milagro México-AMLO-: fin de la corrupción (¡vía un “proclamó…”-presupuesto!) etc.-, deviene en un sueño ahistórico, pues borra, de golpe y porrazo, todo el “antecedente histórico” de nuestra historia socio-política contemporánea (Trujillo-Balaguer: dictadura-semi-dictadura-“demócrata”-coyuntural-fraudes-electorales-chicanas-; PRD 1978-86-Acuerdo Stand-By-Poblada-abril-1984, 2000-2004), y la fija-condensa, cual historia de “generación espontánea”, en los gobiernos –de avances-logros…!, “luces y sombras”, siendo justo- de un solo partido, el PLD, haciendo tabla rasa de lo “histórico-estructural” y consustancial a toda nuestra partidocracia y poderes fácticos.
Se supone que un hombre de ciencia –encima, empresario-, por formación, rigurosidad y clase social, debería tener sueños más próximos y apegados a esa categoría fáctica-epistemológica que a sueños –fijación política-electoral- fantásticos divorciados de la historia real-País (arco-iris :PLD-PRSC-PRD-PRM, “Emergentes”, Sociedad-Civil, Ongs, Poderes-fácticos), y para colmo, enfilados-enfocados en una parcela política -esté o no en el poder- máxime si sabemos, aunque estemos soñando (¿?), el tejemaneje -histórico-universal- entre políticos y empresarios. ¿O es que acaso, Bernardo Vega, igual que otros, nos quiere vender la idea de que, corrupción (pública-privada) y cooptación política-empresarial de la justicia, es obra, de “generación espontánea”, de una parcela política y sus gobiernos? ¡Por favor!
Es loable y hasta saludable soñar y luchar por un país de justicia ciega (¡sin “sus” políticos, “sus: congresistas…”, y “jueces” cooptados, agregaría) y donde los poderes públicos sean independientes; pero para alcanzar ese ideal, tendríamos -¡todos!- que aunar consensos, voluntad política colectiva, y, sobre todo, romper el “pacto táctico”-universal (el de políticos y empresarios despojados de “ética de la responsabilidad” de Weber).
Finalmente, yo también sueño -no quiero ser aguafiestas-, como Bernardo Vega, con ese ideal o vuelco jurídico-político (reformas); pero jamás, si hacemos ciencia, se me ocurriría soñar-extrapolar semejante sueño, tan despojado de historia “factual-estructural”, de nuestro folklor político-electoral y de que corrupción -pública-privada-, impunidad y justicia de colindancias política-empresarial no se conjura con políticos “…de la secreta” ni haciendo tabla rasa del pasado -siquiera en sueño o, haciendo oposición política-electoral disfrazada de “opinión pública” -.