El Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 911 sin dudas constituye una herramienta vital para la atención y protección de los dominicanos que funciona de forma adecuada.

Yo misma tuve la oportunidad de constatar la diligencia y agilidad de la respuesta del 911 en un caso concreto que por suerte resultó ser una falsa alarma pero que de no haberlo sido sin dudas los servidores que se apersonaron como consecuencia de la llamada hubiesen podido salvar vidas.

Los primeros años la central telefónica presentaba algunos inconvenientes y el radio de acción del sistema era muy limitado, pero esos problemas técnicos iniciales fueron resueltos y se ha expandido bastante en la geografía nacional el alcance, con planes de abarcar todo el territorio nacional.

Sin embargo, el año pasado el 73% de las llamadas que se hicieron al 911 fueron llamadas “molestosas”, lo que además de incómodo e inhumano quita tiempo al personal para atender emergencias reales y se requiere urgente concienciación de la población para no entorpecer tan esencial servicio cuyo propósito principal es salvar vidas.

Por otro lado, se necesita para los casos excepcionales en los que quien llama no pueda dar su ubicación, un mecanismo para la localización exacta del teléfono de la llamada, y para estos fines se han hecho acuerdos con las empresas telefónicas para que estas pudiesen proveer esa información pero es importante que las mismas lo hagan de forma inmediata porque, sino, sería un escollo para el que no puede explicar una dirección, ya sea porque no la sabe o porque la naturaleza misma de la emergencia no se lo permite.

En lo que se resuelve el tema de la ubicación de una forma tecnológica (y quizás con la activa participación del Instituto Tecnológico de Las Américas y sus innovadores alumnos), el personal que atiende las llamadas tiene amplio razonamiento espacial y conocimiento de la zona en cuestión (como los taxistas, que manejan una impresionante cantidad de información sobre calles y sectores), lo que reduce la probabilidad de que no pueda atenderse una emergencia por algo tan elemental como la dirección. Además, tienen acceso expedito a traductores, de forma tal que el sistema también es funcional para extranjeros en el país.

El 911 es un efectivo sistema de alta prioridad que debe ser apoyado como una de las mejores plataformas gubernamentales orientadas a dotar de seguridad a la población, y por su parte el Gobierno debe seguir mejorándolo con herramientas para hacerlo cada vez más eficiente.

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