El Sistema Nacional de Emergencias y Seguridad 911 sin dudas constituye el más importante sistema para la atención y protección de las personas en nuestro país.
Yo misma tuve la oportunidad de constatar la diligencia y agilidad de la respuesta del Sistema 911 en un caso concreto que por suerte resultó ser falsa alarma pero que de no haberlo sido los servidores que se apersonaron como consecuencia de la llamada hubiesen podido salvar vidas.
Si bien en los primeros meses de su implementación el radio de acción era muy limitado, ya se ha expandido bastante en la geografía nacional el alcance y hay planes de abarcar todo el territorio antes de que finalice el próximo año.
El sistema aún no es perfecto pero es perfectible y se está trabajando en mejoras. De todas formas, estimo prudente contemplar ciertas recomendaciones para mejorar algunos aspectos.
Es importante que se establezca un mecanismo para la localización exacta de quien llama, lo que resolvería un escollo para el que no puede explicar una dirección, ya sea porque no la sabe o porque la naturaleza misma de la emergencia no se lo permite.
Sin embargo, parte de lo que se acordó con las empresas telefónicas fue que estas pudiesen proveer esa información, por lo que esto se está trabajando, pero aún no se ha logrado que sea de forma inmediata.
En lo que se concreta lo de la ubicación de una forma tecnológica (y quizás con la activa participación del Instituto Tecnológico de Las Américas y sus innovadores alumnos), por el momento es importante que el personal que atiende las llamadas tenga amplio razonamiento espacial y conocimiento de la zona en cuestión (como los taxistas, que manejan una impresionante cantidad de información sobre calles y sectores), para reducir la probabilidad de que no pueda atenderse una emergencia por algo tan elemental como la dirección.
Además, este personal debe ser bilingüe y tener acceso expedito a traductores, de forma tal que el sistema también sea funcional para extranjeros en el país.
Sistema Nacional de Emergencias y Seguridad 911 es un mecanismo de alta prioridad que debe ser apoyado como una de las mejores herramientas gubernamentales orientadas a dotar de mayor seguridad a la población, y por su parte el Gobierno debe seguir eficientizándolo para maximizar su potencial.