Está hecha cenizas por la degradación internacional que la convirtió en zona de competición entre Rusia, Qatar, Irán, EE.UU. Israel, Turquía y los 6 grupos rebeldes. Todos con el interés de derrocar a Al Assad.
Para Turquía su enemigo no era Al Assad, sino las fuerzas kurdas. Mientras, Qatar que apoyó al grupo HTS que encabeza el gobierno provisional logró influir para negocios. Los kurdos apoyados por EE.UU. y la Unión Europea querían su propio territorio para luchar contra Turquía. Rusia quiere seguir con sus bases militares, Irán con las rutas subterráneas para llegar al Líbano, e Israel contener a Irán y al yihadismo. El petróleo y gas natural están ahora bajo control de EEUU.