No hay ni habrá una solución justa para cubrir el daño ocasionado a más de 500 familias por la tragedia de Jet Set. Hay un sentimiento de odio contra Antonio Espaillat que no tiene sentido porque lo que hay que determinar es por qué se derrumbó ese techo y quién es el responsable de resarcir los daños. Lo que viene es que ese conflicto legal no se podrá resarcir a toda esa gente que murió ni a los heridos porque el dueño no tiene cómo pagar eso. Están arañando a ver quiénes son sus socios, pero es muy probable que los tribunales descarguen a la compañía de seguro y condenen al Estado y al dueño.