La obstinación puede llevar a conflictos con la sabiduría práctica, lo que comúnmente se llama sentido común, una cualidad que se supone inherente a la mayoría de las personas. Un ejemplo es el exalcalde de Santo Domingo Este, quien se negó a poner en funcionamiento una terminal de autobuses ya lista para su uso, a pesar de su alto costo. Su incapacidad para colaborar con su propio partido y la prolongada crisis en la recogida de basura durante su gestión, mientras priorizaba otros asuntos, fueron hechos incomprensibles. Finalmente, el caos en la entrega de la alcaldía a un compañero de partido fue más que desconcertante. Un comportamiento curioso para un hombre culto.