Pura ficción: Un médico aprovecha que una mujer campesina da a luz a mellizos, se roba uno de los bebés para venderlo, pero se le olvida que la sonografía mostraba dos bebés. El padre se queja. Aparece un sonografista que dice me equivoqué, no eran dos, era uno. El progenitor presenta ocho sonografías que confirman el embarazo de mellizos. Aparece una doctora con la foto del cadáver de un recién nacido de 8 libras al progenitor. Este dice no, ese no es mío porque la sonografía especifica que tenía 3 libras. El caso llega más arriba, y se queda ahí. El progenitor que ya tiene abogado no entiende qué ocurrió y no comprende la colusión, confabulación y abuso por el que ha pasado.