Trump quiere reorganizar el tablero geopolítico repartiéndose el planeta con China y Rusia, pero a la vez mantener la competencia. Quiere lograr un acuerdo trilateral para reducir el gasto de defensa en un 50% con la excusa de que ya existen suficientes armas para destruir el planeta. Le da un electrochoque a Europa obligándola a pagar por los “trastes rotos” del fracaso de Ucrania contra Rusia. Y bajo la manga tranquiliza al complejo industrial de armas diciéndoles que, aunque termine la guerra de Ucrania podrán vender todo su arsenal a Europa, por ello, les presiona para que aumenten su gasto militar y les compren a las empresas estadounidense porque no contarán con su protección.