Ha terminado 40 años en el sector judicial y deja a la procuraduría en manos de una nueva generación con un liderazgo joven y femenino. Pese a las dudas iniciales por su nombramiento que fue percibido como venganza al procurador saliente, Germán logró generar confianza. Aumentó la persecución al crimen organizado, respetó la autonomía de los procuradores a los cuales llamó la atención para que se cumpliera el debido proceso. Promovió la transparencia institucional e instruyó a que los casos de corrupción debían conocerse sin importar el partido político. Ella misma ha dicho que se va tranquila, termina una etapa para empezar otra en un ambiente personal sin la presión del cargo.