No pasará mucho tiempo en que tendremos la legalización de por lo menos 2 millones de haitianos en el país. Ya están haciendo trámites para bancarizar a los indocumentados flexibilizando las normas para aperturarles cuentas de nóminas. Los médicos siguen entregando a las recién paridas indocumentadas un papelito de constancia de que su hijo ha nacido vivo. Lo más prudente es que Luis Abinader solicite una reunión con Trump y Marco Rubio para preguntarles qué quieren hacer con Haití. Ya los dominicanos tienen que ser conscientes de las consecuencias de la migración desbordada. Ejemplos tenemos de más en el mundo de cómo termina este cuento.