El presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado hace dos años y medio. Una corte de EE.UU. condenó a varios implicados, pero los detalles se mantienen confidenciales. Haití sufre por grupos que tienen en posesión armas sofisticadas de todos los calibres, de origen misterioso. No ha habido ayuda externa, ni siquiera la de aquellos que siempre se han metido en todo sin que los llamen. Ahora, Guy Phillip, excomandante policial y líder paramilitar, puesto en libertad tres años antes de cumplir su condena por narcotráfico, genera caos en Haití buscando derrocar a su segundo presidente. Cualquier parecido con fuerzas proxy (intermediario armado) como Estado Islámico o Hutíes es pura coincidencia.