El instituto Duartiano está igual que el país: dividido y discutiendo. Así estamos desde la primera república en que nos fusilamos entre los nacionalistas y los anexionistas. En la segunda república, Luperón quería la autodeterminación y Buenaventura Báez el protectorado. En la tercera república nos llegó Trujillo. Luego el liderazgo antagónico de Balaguer y Bosch con diferencias frente a Haití. Hipólito, Leonel y Danilo aun con la misma línea ideológica no resolvieron el desorden migratorio. Cuando Danilo el 26% de los partos del país eran de mujeres haitianas y ahora ronda el 46%. Así no podemos seguir. No vamos a frenar este problema si continuamos divididos.

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