Está compitiendo con dos presidentes de la república, su vicepresidenta le suma, tiene discurso e imagen, pero no es su tiempo. Tiene la sombra en sus hombros de la división interna de su partido y que el pasado candidato Gonzalo Castillo alcanzó un 38% y lamentablemente, Abel ni de asomo se acerca a ese porcentaje. En parte, porque Abel de ser una figura nacional como presidente de la cámara de diputados se empeñó en recoger basura en Santiago y todavía en el país no se ha dado el salto desde una alcaldía al palacio nacional. El candidato del PLD tiene el viento en contra, pero se nota su esfuerzo al verse como un candidato preparado y preocupado por el país. Veremos si logra el chance en el 28.