Como todos los días, el primer periódico que leo es elCaribe. Lo leo todo sin importar el autor, ya que me permiten todas las semanas escribir también como lo hace Andrés Dauhajre, sin duda con intereses diferentes.
Confieso que, al ver las fotos, que es lo primero que se destaca en el artículo, pensé: ¿y cómo pueden unirse tres presidentes ya fallecidos con tres vivos, uno en ejercicio y dos expresidentes?
¿Sería un ejercicio de buscar cómo impulsar el desarrollo del país? Pero como siempre, es un ejercicio de querer enfrentar al gobierno con el sector empresarial. ¿Será la frustración de su fracaso como empresario en Fondo Micro? Ante su fracaso lo debió salvar un banco, que compró su empresa para que no pasara vergüenza.
¿De nuevo, cómo me sorprendía? Acostumbrado a los ataques a cualquier flanco, para después buscar la forma de llegar a conveniencias. Llamar a políticos y empresarios corruptos, desalmados, ineficientes, indolentes, vividores, vagos y rentistas, no son palabras que usamos ni los políticos ni los empresarios, que aún cuando podemos tener diferencias lógicas de enfoque, para su frustración, las conciliamos buscando el desarrollo del país.
En estos momentos, empresarios y gobierno buscan soluciones conjuntas para mejorar la competitividad del país, exportar más, generar más empleos, donde se interactúa de forma armoniosa con el Ministro de Hacienda, el Director de Impuestos Internos, el Director de Aduanas, las Directoras de Zona Franca y de ProIndustria, reunidos en el Consejo de Competitividad que dirige Rafael Paz y que preside el propio presidente Medina. Es posible que esto sea la fuente de frustración del articulista de marras, que mientras él busca camorras, nosotros soluciones.
El autor viene del sector empresarial y sabe perfectamente que no todos son evasores, que no todos subvalúan artículos de consumo, materias primas o juguetes. Que la subvaluación es un pecado doble porque engaña a la aduana y luego para pagar al suplidor la parte subvaluada engaña a la DGII porque debe vender de contado, no sólo quedándose con el ITBIS sino también pagando menos impuestos al fisco.
El país tiene empresarios honestos y políticos honestos. Creo que lejos de entrar en una guerra de quien es más corrupto, es procurar la sinceridad, unos en lo que declaran, otros en la forma que manejan los recursos del Estado.
Porque, así como se subvalúa y se paga menos impuestos, también hay políticos que no tienen forma de cómo justificar ganando $200,000.00 o menos, declarar apartamentos, carros y depósitos.
En un país donde leemos en un block de Facebook, cómo un ciudadano responsable narra la forma como una indefensa joven muere lanzada de un balcón y los familiares le quitan importancia hablando de un apoyo que de seguro no van a conseguir, porque aún siendo cierto, lo cual dudo, la sociedad muchas veces suple la falta de justicia, y la condena moral y espiritual es muchas veces más severa que la judicial.
Un país que ha perdido el respeto a la autoridad, donde a un mayor de la Policía se le agrede en frente de sus compañeros y no se hace nada. Donde un seguridad de una plaza se me quejó amargamente de la forma descortés que un conductor lo trató por haberle dicho que estaba estacionado en un lugar indebido.
Pero un país que es reconocido internacionalmente como una de las mejores economías de la región, que es ejemplo de crecimiento, con un turismo pujante, con las zonas francas envidiables, con un sector industrial que lucha para ser más competitivo y generar más empleos de calidad y convertir al país en un gran exportador.
En su artículo de esta semana, sin dudas pierde la memoria cuando habla de Baninter. Es cierto que la quiebra del banco lo provocó un empresario, pero pagó su culpa con diez años de cárcel y perdió todos sus bienes que eran importantes.
Lo que parece haber olvidado es que fue Dauhajre el liquidador del Baninter y prefirió devolver los recursos empezando por el tesorero del banco, a un periodista y a un pelotero que a 100,000 ahorrantes con depósitos menores a $500,000.00 con lo cual nos hubiésemos ahorrado el déficit cuasi fiscal del Banco Central.
Para que tengan una idea de lo que fue el mal manejo del economista a la crisis bancaria, donde el empresario pagó con sus bienes, fue preso, pero sin embargo el liquidador por complacer a unos, en contra de 100,000 ahorrantes, nos ha ocasionado una deuda cuasi fiscal, que según el FMI en el 2017 rondaba los 49,300 billones de pesos. Eso tendremos que pagar las generaciones presentes y futuras, sin contar la cantidad de depositantes quebrados.
Cuando era miembro del PRD acusó al PLD de haber politizado los combustibles; acusó a los economistas del PLD de mitómanos, cuando repartía flequitos blancos en la 27 de Febrero, en apoyo de su partido. Pero ya en el 2011 se había olvidado del PRD y decía que había que explicar qué significaba Papá, que Hipólito Mejía no sólo quebró la economía, sino que aumentó la delincuencia. Así cambia de lado, un día con uno, al otro día contra el otro.
Una memoria muy selectiva, no sólo olvidó que nos dejó la deuda del futuro, sino que un día estaba con Papá, otro día estaba con el PLD. ¿Cómo creerle de esa forma lo que escribe, aún cuando mezcla con habilidad ladina verdades con mentiras?
Varios amigos me escribieron diciéndome que no valía la pena contestarle, que la mayoría de los dominicanos lo tenían bien calibrado. Respondí a esos amigos que tenían razón, pero que era necesario, aunque fuera por esta vez, responderle por aquello de “miente, miente que algo queda” y es peor cuando eso lo mezclas con verdades. Porque nadie puede negar la evasión como tampoco la corrupción. Ya desde la época de Balaguer, éste admitió que en su gobierno se habían creado 300 nuevos millonarios, pero que la corrupción se paraba en la puerta de su despacho.
Como dice Pepe Mujica, es necesario vivir con causa, ningún cambio material es suficiente si no va acompañado de un cambio cultural y las revoluciones no están afuera, están adentro. El hombre necesita tener fe y creer en algo que tenga razón o no, porque de lo contrario lo que le queda es el refugio del egoísmo.
Quienes, como el articulista, promueven esta actitud no le hacen ningún favor ni al gobierno, ni al país. Los empresarios buscamos el éxito del gobierno porque en su éxito está el nuestro y el del país. Los enfrentamientos no llevan a nada positivo y el que no lo crea que mire hacia el sur del continente latinoamericano.
Se trata de unirnos de verdad para promover igualdad, honestidad, desarrollo, que los valores sean el norte, no sólo de políticos y empresarios, también de los economistas, de la sociedad civil, en fin, trabajar para construir un país más justo, no para sembrar odio y cizaña.