La Dirección General de Epidemiología informó esta semana sobre preocupantes aumentos en los casos de dengue y malaria en la República Dominicana en lo que va de este año.
En cuanto a la malaria, el incremento ha sido de un 44% en comparación con el mismo período del año 2021. No obstante, la incidencia en el país sigue siendo relativamente baja (212 afectados) y focalizada (los casos se concentran en 3 provincias).
En relación al dengue, sin embargo, se han reportado 3,574 pacientes hasta ahora en 2022 y para la misma fecha en 2021 se habían contabilizado 898 casos, lo que significa un importante incremento de 295% en la positividad.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 390 millones de casos ocurren cada año en total entre los 100 países donde el dengue es endémico, de los cuales 96 millones se manifiestan clínicamente.
Hasta el momento, las únicas herramientas de prevención conocidas en el país son la protección contra la picadura del mosquito transmisor “Aedes aegypty” (con repelentes, por ejemplo) y mecanismos para evitar la propagación de este insecto potencialmente letal. Y en cuanto a tratamiento hay ciertas pautas y medicamentos que pueden contribuir pero en realidad no hay un tratamiento específico efectivo.
En varios países se crearon vacunas contra el dengue que se encuentran pendientes de patentes de invención y en República Dominicana fueron depositadas hace unos 7 años en la Oficina Nacional de Propiedad Industrial (ONAPI) 2 solicitudes contentivas de la invención de una presunta vacuna para el dengue.
Dada la importancia de un tema que constituye una emergencia nacional de salud pública, sería ideal ubicarlas, revisarlas, contactar a los inventores y evaluar la posibilidad de acceder al programa de asesoría y orientación técnica que ofrece la Organización Mundial de la Salud (OMS) a los países miembros para apoyar investigaciones en torno a una posible vacuna.
De hecho, hay 3 países en los que se aprobó el uso de una vacuna contra los 4 tipos de dengue llamada Dengvaxia. Primero en México y Filipinas y luego en Brasil, por lo que también sería interesante que el Ministerio de Salud Pública explore como alternativa más rápida la posibilidad de importación de la vacuna ya existente.
Independientemente de la vía que se elija, está claro que el dengue sigue siendo cada año una amenaza para la salud de los dominicanos y que para combatirlo hay que hacer mucho más. De lo contrario, el pronóstico contra la enfermedad no va a mejorar.