Un país se sitúa en una de las peores crisis cuando sufre en su economía una estanflación. Ignorar su presencia ocasiona graves situaciones sociales y se crea ingobernabilidad. Parece que el gobierno dominicano prefiere simular que nada sucede y ha preferido refugiarse en una burbuja.
No se requiere ser economista para verificar que nuestra economía tiene todas las características de estar asomándose a una estanflación. El dominicano común puede comprobarlo solo verificando su definición que de ella ofrecen economistas y los diccionarios de la RAE y de Oxford Languages. La definen: “Situación económica de un país que se caracteriza por un estancamiento económico a la vez que persiste el alza de los precios y el aumento del desempleo”.
Es decir, estanflación es simultáneamente estancamiento económico o crecimiento negativo, más inflación o aumento de precios y alto desempleo. En su discurso el Presidente Abinader aseguró que la economía había crecido a 12.3%, cuando en realidad fue 4.7%, muy por debajo del promedio de los últimos 15 años; a su vez, sobre la inflación, el Listín Diario publicó el 23 de febrero una información que tituló: “El país fue el cuarto con mayor inflación”; en su primer párrafo lo dice todo:
“En enero de 2022, la inflación interanual, es decir, la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) con respecto a enero de 2021 en República Dominicana fue de 8.7%, ubicándose como el cuarto país en la región con mayor incremento interanual en sus precios; superado solo por Brasil (10.4%), Argentina (50.7%) y Venezuela (405.0%). Bolivia (0.7%), Ecuador (2.6%) y Panamá (2.6%) fueron los países con menor incremento en sus precios”.
Continúa para dar fuente: “La información corresponde a una investigación del CREES (Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles) en base a información de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y bancos centrales…”.
Como se ve, las economías de los países están afectadas por la inflación, lo que se deduce por la pandemia del Covid-19; pero llama la atención que el país sea el cuarto, por lo que son factores nacionales que lo colocan por encima del promedio y de países con economías de rangos iguales al nuestro.
¿Por qué el Presidente Abinader, siendo economista, parece ignorar estas características en nuestra economía y, por el contrario, se refiere a un crecimiento económico de 12.3%, a pesar de que el mismo Banco Central tuvo que admitir 4.7%?
¡Porque se refugia en una nube! Para enfrentar la crisis, lo primero es admitirla y buscar el consenso nacional, para superarla; tratar de distraer con una reforma constitucional es fracturar y alejar fuerzas sociales y políticas decisivas. Lo procedente es atender los tres factores que configuran la estanflación.
Por demás, las políticas anunciadas por el presidente Abinader, aun creando un imaginario de bienestar, son burbujas que se despejan cuando las mismas no sean las respuestas a la inflación y no mitiguen las necesidades de 1 millón 350 mil hogares; aumenten el desempleo y el estancamiento económico.
Los efectos de esta crisis económica sacan del Poder a los partidos gobernantes. El Presidente Abinader y el PRM parecen no escapar a esas consecuencias.