“Sables y utopías. Visiones de América Latina” es un libro que reúne artículos y alguna conferencia del premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, sobre política, historia y literatura latinoamericana.
Los trabajos del libro están agrupados en cinco capítulos que llevan por título: La peste del autoritarismo, Auge y declive de las revoluciones; Obstáculos al desarrollo: nacionalismo, populismo, indigenismo, corrupción; Defensa de la democracia y del liberalismo; y, Los beneficios de la irrealidad: Arte y literatura latinoamericana.
El libro traza un panorama de los principales sucesos latinoamericanos del pasado siglo, y de la toma de posturas de Vargas Llosa al respecto. Desde sus primeras manifestaciones en apoyo a la Revolución cubana, hasta su ruptura y posicionamiento distante de ella, cambiando las ideas de Marx y Lenin por las de Jean-Francois Revel, Karl Popper, Hayek e Isaiah Berlín. Asumiendo que, como bien dice Carlos Granés en el prólogo (p. 17): Si se quiere evitar la opresión, no hay más remedio que fomentar el pluralismo, la tolerancia y la libertad, o más exactamente lo que Berlín llama libertad negativa: una esfera de la vida en la que ningún poder externo pueda bloquear la acción humana.
Del libro el capítulo que más me gustó es el número 5, sobre literatura latinoamericana. Y, de su contenido, la conferencia sobre “Las ficciones de Borges” y el artículo:“La trompeta de Deyá”, dedicado a Julio Cortázar.
De Borges nos dice su distancia inicial, más bien política, con su obra, que leía a escondidas, hasta su fidelidad y admiración total, al afirmar: “Borges ha sido lo más importante que le ocurrió a la literatura en lengua española moderna…”. Y luego agrega: “Para el escritor latinoamericano, Borges sinfinicó la ruptura de un cierto complejo de inferioridad”, nadie entre sus contemporáneos “se movió con igual desenvoltura por los mitos escandinavos, la poesía anglosajona, la filosofía alemana, la literatura del Siglo de Oro, los poetas ingleses, Dante, Homero, y los mitos y leyendas del Medio y el Extremo Oriente…”. Sin dudas, Borges hizo una revolución en el idioma.
Sobre este y otros temas Vargas Llosa fija postura y no deja a nadie sin posicionarse: o estás de acuerdo con él o no. Por eso tiene muchos admiradores y, de igual manera, detractores. Pues al ser, quizás, el más importante escritor vivo de la lengua española, no elude debates sobre la realidad latinoamericana: antes a favor de la “izquierda”, ahora a favor de la “derecha”, incluso de la “extrema derecha”, si es la única opción frente a la “izquierda”. Y opina y fija criterios sobre la realidad política y electoral de cualquier país, no solo del Perú, su país de nacimiento.
Por lo menos debemos reconocerle que dice lo que piensa, aunque en muchas de sus posturas no estemos de acuerdo. Pero, mayormente, ni eso le reconocen.
“Sables y utopías” reúne lo básico del pensamiento de Vargas Llosa, es bueno para quienes le adversan y para sus seguidores. Vale la pena leerlo.
Dedico esta Pincelada a Rosendo Moya, quien es capaz de matarse, literalmente, con cualquiera por Vargas Llosa. Solo tienes que decirle algo bueno del Nobel y ya enciendes el debate, es uno de esos a los que Vargas Llosa no tiene como sumarlos a sus causas.