En el cementerio de las relaciones rotas hay epitafios interesantes y dignos de reflexión. Existen más relaciones rotas que almas y más almas rotas que relaciones reales. Toda relación trae propósito en la cadena de los días de nuestras complejas vidas, ellas vienen a acojinar, bendecir, formar, fortalecer, restaurar e inspirar. Un curioso epitafio decía “Comencé a morir cuando me pediste mi esencia”, otro “Todo fue por nada”, otro “Me encontré cuando te perdí pero ya estaba muerta”, y otro “Cuando te saqué de mi corazón me mató el orgullo”… Uyyy mucho con demasiado, ¿cierto? Algunos no saben el bien que tienen hasta que lo pierden, otros no saben lo que pierden cuando ganan, sus epitafios se escribirán en sus conciencia. Pero sabes, Dios puede hacer que de las tumbas nazcan jardines.