Todo lo que existe es un reflejo claro de su fuente. El mal está representado por los depredadores, los engañadores, los adversarios de la verdad, el bien y la paz. Dios por su parte escoge lo imperfecto, lo sencillo, para mostrar su extravagante sabiduría y bondad, escoge hombres y mujeres donde pone su más puro afecto y en sus corazones derrama la carga por otros hombres, por naciones, sistemas y situaciones. Los dota de pasión y compasión para usarlos como sus instrumentos estelares en indescriptibles circunstancias o incomprensibles escenarios. Allí son esa gota, que sin ser la lluvia revela la fuente, en su esencia se revela la presencia de aquel que ama con paciencia, sirve con vehemencia y perdona con conciencia. Cuando amamos es cuando mejor representamos a Dios.