Científicos de la NASA, con tecnología 3D aportada por el satélite Calipso, realizaron un estudio que constata el recorrido del polvo del Sahara hasta la selva Amazónica, considerada el principal pulmón del planeta.
Cada año los vientos recogen aproximadamente 182 millones de toneladas de polvo, abrazándolos en una húmeda y sofisticada red invisible, durante un viaje trasatlántico de tres mil millas. Las doradas nubes dejan 27 millones de toneladas directamente en la cuenca, lo que los científicos entienden compensación cuasi perfecta del fósforo vital que por causa de las inundaciones desangra el suelo selvático.
¿Quién maneja tan perfectamente el equilibrio del ecosistema? “¿Quién entre todos ellos no sabe que la mano de Dios ha hecho esto? Job 12:9”. Quien conoce los vientos, también reconoce los tiempos.