El corazón nos retiene, pero la mentalidad nos lleva, de modo que es crucial renovar nuestra mente, refrescar los ojos del entendimiento con el colirio puro de su palabra y conocer a Dios por medio de su amor primeramente, y no por medio de sus juicios, sabiendo que un bebé conoce a su padre antes que al cargo que ostente. Conocerle bien implica conectarse a su misericordia, paz y seguridad únicas. Es ser llevados en hombros para no sucumbir ante el espejismo que produce la horrenda sed de sabiduría a los caminantes, es ser ataviados de honra y dignidad para no ser distraídos con la altura de otras palmeras. Conocerle es echar raíces en el oasis de su ternura, extender el plumaje de la razón y volver al nido desesperadamente.
¡Sobre sus hombros!
El corazón nos retiene, pero la mentalidad nos lleva, de modo que es crucial renovar nuestra mente, refrescar los ojos del entendimiento con el colirio puro de su palabra y conocer a Dios por medio de su amor primeramente, y no por medio de sus juicios, sabiendo que un bebé conoce a su padre antes que al cargo que ostente.