Dice Job 42:2 “Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado”. Pero más que las palabras, la convicción de éstas me sobrecogen; Y pregunto ¿Qué tan imperturbables son nuestras convicciones? Tengamos claro que «ellas son el acero espiritual de nuestras decisiones». Ahora, El Salmista habló de manera similar cuando dijo: “El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre”. Salmos 138:8, entonces para quien vive convencido de su destino… El fracaso puede sorprenderle pero no humillarle; la frustración puede quebrantarle pero no romperle; el dolor podrá frenarle pero no detenerle; La ruina puede golpearle pero no invalidarle; La traición podrá herirle pero no destrozarle y aunque el enemigo logre enfrentarle, nunca podrá vencerle!