Solo cuando tenemos un corazón humilde encontraremos la grandeza dentro de la pequeñez. En un momento dado Dios dijo acerca del vientre de Rebeca, aquí dentro hay dos naciones y dos pueblos, Génesis 25:23. Dios inserta cuidadosamente en nuestras vidas, poder y bendiciones extravagantes, que durarán por siempre, pero serán encontradas y activadas por quienes no tienen prejuicios ni menosprecian sus caminos o modus operandi. Todos deseamos tener un año próspero, pero cuidado con la manera que vemos o hacemos mediciones sobre la prosperidad. El valor de algo no se define por sus proporciones sino por la capacidad que posee de bendecir a otros. La prosperidad echa sus raíces en nuestra mentalidad y ensancha sus ramas en nuestro estilo de vida. Con razón la fe tiene sabor a mostaza.