Hace unos años sembré una hermosa enredadera de flores violeta en la base de un sencillo árbol de mi patio. Pasados algunos meses trepó el tronco y enredó sus ramas hasta las puntas; hoy vi un espectáculo en cada rama que florecía como si fuera desde el tronco, cuando en realidad era la bella enredadera violeta. Sabes, sucede también con amistades y relaciones sedientas de amor, empatía, sinceridad y apoyo para florecer. Sus cercanos no les valoran, no ven su potencial ni sus sacrificios, minimizan sus logros mientras les exigen responsabilidades a cambio de una relación sin esencia. Con el tiempo terminan preguntándose: ¿De cuándo a dónde estos son tan amigos? Piénsalo así: “Aquello que no estimas es precioso e invaluable para otros” empatizar no es obligatorio, pero es indispensable para florecer!