Con el decreto 317-19 fue designado el Ing. Civ. Ramón Pepín Ministro de Obras públicas y comunicaciones (MOPC), que yo considero que es un merecido premio a la capacidad, superación, dedicación y servicio; al buen vivir por el trato afable a sus compañeros de trabajo, de la eficiencia, del saber esperar, pero sin desesperarse ni detenerse.
Ing. Civil de profesión con Maestrías en Ingeniería Estructural del instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y de Ingeniería e Impacto Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD); articulista y conferencista; es una persona ecuánime, gran analista y un diestro técnico en el manejo de la tecnología de punta.
En el 1996 ingresó a la institución con el cargo de digitador de cubicaciones, desde ahí comienza su dilatada carrera en esa cartera; su eficiencia en realizar esa complicada labor, así como sus buenas relaciones humanas con los ingenieros y constructores a cambio de nada, solo con el sano interés de brindar un buen servicio, le perfilaban un buen futuro.
Luego siguió escalando posiciones con los distintos incumbentes, ya que Pepín tiene un dominio total de los trabajos que ejecuta el ministerio, por lo que siempre fue consultado. Destacando que viene de desempeñar los relevantes cargos de Asistentes del Ministro; Jefe de Gabinete y Viceministro de Edificaciones. El ingeniero Pepín a lo largo de 23 años ininterrumpidos se desempeñó en distintas posiciones en todos los niveles, que le dieron la oportunidad conseguir conocimientos y experiencias para ponerlas en práctica al servicio del desarrollo de la República.
Particularmente para mí Pepín, que en ese entonces era Subdirector General de Supervisión y Fiscalización, fue de gran soporte, cuando por recomendación del Ing. Freddy Pérez, otrora Secretario de Obras Públicas, fui designado a finales de agosto del 2007 como subsecretario de esa institución. Me facilitó todas las informaciones inherentes a mis funciones. Pues siempre existen personas que sienten recelos, máxime en mi caso que asumí la posición a los 7 días de haber concluido mi gestión como Presidente Nacional del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA).
Esta acertada designación sirve de excelente y oportuno mensaje a la nueva generación de profesionales de la ingeniería de forma particular y en sentido general a todos los jóvenes de, que sí se puede; que cuando se trabaja de manera intensa, honesta y transparente por el bienestar de la Nación se obtiene el triunfo. He aquí un ingeniero que inicio por la base y alcanzó la máxima posición.