Cuando alguien te hace consciente de tu condición, si eres de buen corazón, lo agradeces, si no, lo aborreces. Cuando Dios mismo te la revela, si no eres noble, lo culpas, si lo eres, te rindes a Él. Las circunstancias siempre delatarán la posición de nuestro corazón y nuestro concepto de los demás.
Al fin y al cabo el corazón humano es una brújula cuyo norte debe ser el corazón divino. Quien anda con el Sur como norte, se creerá a sí mismo dios, que el creador le debe explicaciones y concesiones tal como el genio de la botella a su amo. No te equivoques, la luz no deja rastros curvos, ni la verdad hace esclavos, un corazón traicionero hace tiempo que perdió el rumbo al cielo.