Cuando estamos forzados a convivir con alguien y el engaño se hace habitual, el perdón se convierte en ritual y la confianza en virtual, es por esa razón que la rebeldía se expande en forma viral. La gente deja de creer aun por experiencias ajenas. Perdonar en cualquier medida es necesario hasta físicamente.
Para los que seguimos a Jesús es un requisito para obtener el perdón divino. El perdón te lleva a vomitar la intoxicación por traición, engaño, discordia y te permite recuperar el control, en vez de actuar en reacción a los daños. Abusar del perdón es peligroso, quien no valora el perdón entendiendo que es una licencia para volver a defraudar, mientras gana tiempo y manipula ventajas, pierde amigos, arruina relaciones, aborta su propósito y sabotea su salvación.