Nacemos con la capacidad para elegir entre el bien y el mal, pero el verdadero poder de decisión consiste en elegir correctamente, conocer tan certeramente al bien como para preferirlo ante el mal. Hoy día a lo malo le dicen bueno, y creyendo que educan para el bien, con enseñanzas viciadas, ejemplos retorcidos y valores reiniciados por corrientes importadas, solo empujan al vertedero de los sistemas fallidos, a una sociedad cada vez más tibia e irreverente. La verdad nos hace libres y esa libertad nos hace esclavos de lo justo, y como tales, nadie puede sobornar nuestro accionar. Cada generación viene a cumplir una misión, visible al quienes miran más allá de la curva de sus apegos, la ejercerán como libres o como esclavos, y por sus miedos los conoceréis.