Dice el dicho: “es mejor deber dinero que favores”. Y es que dinero se paga con dinero, amor con amor, pero los favores, con sinsabores. Fíjate, quien te favorece realmente está invirtiendo en ti, por ello cuando te pide no puedes negarte, y porque estás lleno de sus dádivas, puede atacar tus emociones; cuando no correspondes entonces eres un malagradecido ya que aceptaste cada facilidad pero olvidaste que, al pagar deberías afectar tu integridad.

Hay favores que deben ser analizados, de no hacerlo, terminan siendo peores que mal de amores. Hay dineros que no se toman, objetos que no se prestan, oportunidades que no se aprovechan, puertas que no se tocan, problemas que no se buscan, líneas que no se cruzan y regalos que no se aceptan. Quien lea, entienda.

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